Una inyección intramuscular compuesta por una combinación de dos fármacos que se administrará cada dos meses se convertirá en los próximos años en el tratamiento del sida, permitiendo así a los pacientes no tener que tomar un medicamento diario.

El jefe de Enfermedades Infecciosas y Sida del Hospital Clínic, Josep María Gatell, explicó ayer que "la adherencia al tratamiento es uno de los principales problemas de la enfermedad", ya que algunos pacientes no siguen correctamente las pautas médicas, mientras que "la inyección les permitirá cumplir el tratamiento, mejorando además su calidad de vida".

Gatell apuntó que, "si todo va bien", el tratamiento -en ensayos de fase 3- podría salir al mercado a mediados de 2018".