Según los últimos estudios, consultamos el móvil una media de 34 veces al día y entre el 53 y el 66% de los españoles siente miedo o inseguridad si sale de casa sin su teléfono.

"Cuando nos quedamos sin móvil, acostumbrados a estar continuamente conectados a las nuevas tecnologías, nos sentimos perdidos. Podemos notar una sensación de ansiedad, de malestar y de obsesión por recuperarlo lo que, unido al miedo excesivo e irracional a estar sin smartphone es la nomofobia", explica María Ferreiro. "Ser incapaz de salir a la calle sin el teléfono móvil, no apagarlo durante la noche o consultarlo a menudo pese a estar reunido con amigos, en el cine o en el gimnasio son otros de los síntomas", añade la psicóloga.

Las personas con dependencia de su móvil suelen confundir algunos ruidos con el timbre del móvil incluso en ocasiones "sienten" que vibra en su bolsillo y cuando lo revisan notan que no hay notificaciones nuevas. "A este fenómeno se le conoce como vibración fantasma (vibranxiety) y es más común de lo que podría pensarse, el 90% de las personas lo experimentan y el 10% lo siente a diario", asegura Ferreiro.

Pese a que los adultos también se vuelven cada vez más dependientes del móvil, son los jóvenes los que tienen más probabilidad de sufrir las consecuencias, ya que pasan muchas horas conectados y desarrollan su identidad en las redes sociales.

Antonio Rial es el coordinador del estudio Mocidade online, que realizó la Universidade de Santiago (USC) junto al Valedor do Pobo para conocer los hábitos de uso de internet y las nuevas tecnologías de los alumnos de la ESO en Galicia. Entre sus resultados, Rial destacan el hecho de que el 71% de los adolescentes utiliza internet a diario y el 13,5% se conecta más de cinco horas al día. "Es un fenómeno global porque el 90,7% de los chavales de entre 12 y 18 años tiene móvil, uno de cada tres antes de los 11 años, y el 93% está registrado en alguna red social", apunta.

Además, recuerda que el uso de estas tecnologías es una de las principales fuente de conflictos con los padres, el 24,2% por el uso del móvil.

El psicólogo reflexiona sobre cómo las nuevas tecnologías han cambiado las formas de ocio de los jóvenes. "La tablet, los videojuegos y los móviles restan mucho tiempo de vida saludable a los adolescentes y los padres deberían de intervenir más y no obviar que se están educando con unos modelos de referencia muy perjudiciales", aconseja.