El satélite Aqua de la NASA ofrece una pespectiva global de la distribución del metano, un poderoso gas de efecto invernadero cuya presencia ha evolucionado de forma extraña en las últimas décadas.El mapa muestra las concentraciones de metano a nivel mundial en enero 2016 a una presión de 400 hectopascales, o aproximadamente 6 kilómetros sobre la superficie. Las concentraciones de metano son más altas en el hemisferio norte, porque las fuentes naturales y causadas por el hombre de este gas son más abundantes allí.

El instrumento Atmospheric Infrared Sounder (AIRS) observó el metano bastante alto en la atmósfera, lo que indica que los vientos pueden haber transportado columnas de gas a distancias considerables de sus fuentes.

A largo plazo, la tendencia global del metano en la atmósfera es clara. La concentración del gas era relativamente estable durante cientos de miles de años, pero luego comenzó a aumentar rápidamente a partir de 1750. La razón es simple: el aumento de la población humana desde el inicio de la revolución industrial han significado más agricultura, más basura y el uso de más combustibles fósiles, agentes productores de metano. Durante el mismo período, las emisiones procedentes de fuentes naturales han permanecido casi igual.

Pero si el análisis se concentra en tan sólo las últimas cinco décadas, cuando las herramientas científicas modernas han estado disponibles para detectar el metano en la atmósfera de metano, se han producido fluctuaciones en los niveles de metano que son más difíciles de explicar.

En 1985, la concentración promedio fue de 1.620 partes por mil millones. En 2015, había aumentado a 1.800. Antes de la Revolución Industrial, las concentraciones se mantuvieron estables en alrededor de 700. Sin embargo, la tasa de aumento en las últimas décadas ha variado. Desde la década de 1980 hasta 1992, el metano se elevaba a unos 12 partes por mil millones al año. Luego vino más o menos una década de crecimiento más lento a 3 partes al año. Entre 2000 y 2007, las concentraciones atmosféricas de metano se estabilizaron. A partir de 2007, comenzaron a subir de nuevo y han seguido haciéndolo desde entonces, aumentando a un ritmo de 6 partes al año.

Desde 2007, el metano ha ido en aumento, y nadie está muy seguro de por qué. Algunos científicos creen que los humedales tropicales están liberando más gas. Otros apuntan al auge de la fractura hidráulica de gas natural en América del Norte y las fugas en su infraestructura. Otros se preguntan si los cambios en la agricultura pueden estar jugando un papel.

"No hay duda de que el metano está haciendo algunas cosas muy extrañas y preocupantes", dijo Euan Nisbet, un científico atmosférico en el Royal Holloway, Universidad de Londres en un comunicado de la NASA. La gran pregunta es por qué.