El sacerdote español Lucio Vallejo, imputado junto a su secretario Nicola Maio, la relaciones públicas Francesca Chaouqui y los dos periodistas Gianluiggi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, en el tribunal del Vaticano por la filtración y divulgación de documentos de la Sede Apostólica y considerados secretos, admitió ayer que pasó documentos a los periodistas porque se sentía "amenazado" y "presionado".

"Filtré los documentos porque me sentía presionado y amenazado. Corría peligro físicamente", declaró en el interrogatorio al que ha sido sometido en el Vaticano. El religioso señaló que , sobre todo, se sintió presionado por Chaouqui, que le llevó a hacer cosas de las que "evidentemente" se siente presionado, "cosas que no podía justificar". "Estaba convencido de que Chaouqui le había contado a Nuzzi cosas personales de mi vida, mi familia, de mis relaciones con amigos", señaló.

El sacerdote aseguró que le dió a los periodistas las contraseñas para acceder a los documentos secretos, pero nunca le dió los informes en papel.