Continuos cambios de tiempo, plantas y árboles en flor, más insectos por el campo y días cada vez más largos que invitan a aumentar las actividades al aire libre. Este es el cóctel que cada año trae la primavera y que se vuelve explosivo para algunos ciudadanos. La estación que acaba de empezar cuenta con achaques propios -la astenia o ciertas alergias- y otros cuya incidencia se dispara al llegar los primeros rayos de sol como ciertas conjuntivitis o la varicela.

►Problemas de piel. Aunque la mayoría de las alergias provocan estornudos o rinitis, desde la Asociación Española de Dermatología alertan de que, en ocasiones, estas alergias se manifiestan a nivel cutáneo. "La piel también sufre alergias y lo manifiesta con hipersensibilidad o reacciones exageradas ante cualquier estímulo", señalan, y aconsejan seguir una serie de recomendaciones: desde evitar baños prolongados, secarse bien después de la ducha y utilizar ropa de algodón y holgada hasta intentar no rascarse cuando existe una lesión.

►Conjuntivitis primaveral. Se trata de un hinchazón prolongada de la parte externa del ojo debido a una reacción alérgica y cuya incidencia aumenta al llegar la primavera. Evitar frotarse los ojos, calmar el dolor con compresas frías y usar gotas lubricantes mejoran los síntomas.

►Varicela. Pese a ser un virus presente todo el año, la Asociación Española de Pediatría sostiene que en invierno y en primavera es más frecuente. Se caracteriza por la erupción cutánea, fiebre y malestar.