El tabaco preocupa, pero más el alcohol. El Sicri desvelaría que un 46% de los jóvenes de 16 a 24 años consumió alcohol en el último mes, pero se queda corto, según Antonio Rial Boubeta, un experto en el tema, quien explica que los informes específicos elevan hasta el 74% los que probaron el alcohol entre los 14 y los 18 años y que en edades como las analizadas por el Sicri está en el 80%. Cree que la muestra es pequeña y tal vez influya el llamar a los jóvenes a casa de sus padres.

Con todo, dice, el consumo de alcohol se mantiene estable en esas edades y anticipa ya una tendencia a la baja. Le preocupa más dónde lo consiguen. En el Sicri un 83% apunta a bares y discotecas, un 40% a supermercados o hípers. A su juicio, es preciso "valentía" para que "se cumpla la ley" por las administraciones locales y fuerzas de seguridad. Si no, avisa, "no se van a lograr atajar las cifras".

Además, avisa, hay una "transversalidad de los problemas de los adolescentes". Así, advierte de que quienes abusan del alcohol, "tienen un mayor porcentaje de policonsumo de sustancias y de mayor abuso de internet", aparte, incluso, de "sexo no deseado" o sin protección. Por ello, ve "importante atajar el problema con decisión y apostar por un programa educativo transversal". Ahora, avisa, hay "nuevos formatos de drogas cuyo efecto no se conoce, como las de asalto y sumisión química, que se unirían a problemas como el ciberacoso". "Forman parte de un mismo contexto, los factores de riesgo son los mismos, es un problema de educación y socialización", recalca este investigador.

Admite que, como apunta el Sicri, muchos gallegos desconocen la ley y ven aún "normal" que un joven beba, incluso los padres cuando los chicos llegan a cierta edad. Vuelve a la prevención en colegios. Información hay, dice, pero hay que saber dársela desde su punto de vista y su lenguaje.

El Sergas dedica en su estudio un capítulo a la exposición al humo ambiental del tabaco, que define como "el carcinógeno ambiental más extendido". La evolución de sus informes desde 2005 da fe del cambio histórico que implicó la normativa antitabaco de 2011. En 2005 el 96% de los gallegos de 16 a 74 años aseguraba estar expuesto, bien a diario o bien de forma ocasional, sobre todo en los locales de ocio (93%). Cuando en 2011 entró en vigor la norma que suprimía totalmente el tabaco en cualquier lugar de uso público (con excepciones contadas), el resultado fue que una cuarta parte de la población seguía expuesta, pero en casa (en uno de cada cinco casos).

No obstante, el Sicri de 2015, que mantiene que un 30% de la población está expuesta a los malos humos de los cigarrillos, señala al hogar en un 18% de los casos, al ocio, en un 15%, y al trabajo, en un 11%, aunque estos dos últimos supuestamente son contextos de los que la ley exilió al tabaco.

Si se analiza solo el colectivo de 16 a 24 años, todos los porcentajes se elevan: un 63% afirma estar expuesto: un 34% apunta a casa, un 18% al trabajo y hasta un 36% (más del doble que la población general), a los lugares donde disfruta del ocio.