El cambio de hora que se produjo esta madrugada puede generar "leves" alteraciones en el sueño, los hábitos alimenticios y el estado de ánimo, aumentando el cansancio, la irritabilidad o la falta de concentración en algunas personas, según explican los expertos.

Desde el punto de vista de la salud, esta variación de la hora tiene un impacto "mínimo" en el organismo, aunque hay "una respuesta individual", ya que algunas personas la llevan muy bien y otras no, explica el vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, Salvador Tranche, quien reconoce que puede implicar "ligeros" trastornos en el sueño, los hábitos alimenticios y el estado de ánimo, que pueden aumentar el cansancio, la irritabilidad o la falta de concentración, "aunque estos problemas remiten en el plazo de tres o cuatro días", subraya.

Los niños y los mayores son los grupos de población más sensibles a estas alteraciones debido a que tienen unos horarios establecidos de comidas y de sueño. Los lactantes pueden experimentar alteraciones en su alimentación, mientras que los niños en edad escolar pueden tener mayores dificultades para despertarse.