La Justicia francesa registró ayer los locales de la diócesis de Lyon en el marco de una investigación abierta contra responsables de la misma, incluido su arzobispo, el cardenal Philippe Barbarin, por no haber denunciado agresiones sexuales.

Esta investigación es paralela a la imputación a finales de enero del sacerdote Bernard Preynat, de 70 años, por agresiones sexuales cometidas hace más de 25 años contra algunos scouts.

La diócesis destacó ayer en un comunicado que ha entregado a los investigadores "los elementos de los que la Justicia desea disponer para esclarecer esos acontecimientos dolorosos".

"El cardenal ha expresado en numerosas ocasiones su voluntad de cooperar con toda transparencia con la Justicia: está a su disposición. Renueva la voluntad de que la Justicia pueda actuar con la serenidad indispensable para el esclarecimiento de la verdad y el alivio del sufrimiento de las víctimas", indicó el comunicado.

La polémica en la diócesis lionesa llevó el pasado 15 de marzo al presidente de la Conferencia Episcopal francesa, Georges Pontier, a señalar a sus obispos que es prioritario esclarecer "la verdad" para los afectados.

"Esa prioridad debe guiar todas nuestras acciones en estos casos tan dolorosos", dijo en la apertura en Lourdes de la asamblea plenaria episcopal, en la que participan unos 120 obispos.

A finales de mes, el propio Barbarin inició lo que los medios han bautizado como operación Reconquista, en la que ha recibido a las familias de las víctimas de los curas incriminados y ha pedido su perdón, no sin precisar que en el momento de los hechos él no era obispo.