Un estadounidense de 24 años que quedó tetrapléjico tras un accidente ha recuperado la movilidad en los dedos y la mano gracias a un microchip implantado en su cerebro, un tratamiento pionero cuyos resultados publicó ayer la revista Nature. Las investigaciones con sensores que captan la actividad neuronal había permitido hasta ahora transmitir señales cerebrales a brazos articulados externos, pero es la primera vez que se restaura la movilidad en las extremidades de un paciente con parálisis.

Lo ha logrado un equipo de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU) y el Instituto Feinstein para la Investigación Médica (Nueva York) al conectar un implante cerebral a un dispositivo con 130 electrodos capaces de generar movimiento en la mano. El sistema funciona como un bypass electrónico que esquiva la lesión en la médula espinal del joven Ian Burhart, sin movilidad en las piernas y brazos desde hace cinco años, y conecta de nuevo su cerebro con sus músculos. A partir de algoritmos de autoaprendizaje, un ordenador decodifica la actividad neuronal de Burhart y detecta cuándo está pensando en realizar determinado movimiento. Con esa información, el software da la orden en tiempo real a los electrodos del brazo para que los músculos ejecuten acciones como cerrar la mano, contraer un dedo o girar la muñeca. "Este resultado ha superado nuestras propias expectativas", indicaron los autores.