"Galicia tiene muchas cosas que enseñar al resto de España en materia de trasplantes", defendió ayer Rafael Matesanz en un acto por el 25 aniversario de la transferencia del Insalud a Galicia. Pero también, admite, tiene sus puntos débiles, como la elevada tasa de negativas familiares. Lo que no consta, aparentemente, es que tenga que preocuparse de un fraude como el que se hizo público hace unos días, en torno al acceso de extranjeros a trasplantes mediante contratos de trabajo ficticios.

-La investigación se centró en Madrid. ¿Podría ocurrir en Galicia?

-El año pasado en un primer rastreo no encontramos ningún caso en Galicia. Ahora hemos pedido a las comunidades que investiguen de nuevo, que miren la lista de espera renal y que comprueben si todos están en la situación administrativa correcta. No se trata de ver dónde hay extranjeros, sino dónde los hay no legales y que hayan venido aquí específicamente a trasplantarse. No espero que se detecten grandes cosas. Desde luego en Galicia no creo que exista ese problema.

-El tipo de fraude investigado solo puede darse con el riñón, pero ¿están pendientes de otros órganos?

-Siempre. España lleva siendo líder mundial en donación desde hace 24 años, lo que es conocido en los cinco continentes y una llamada para que gente de todo el mundo quiera venir a España a trasplantarse y por supuesto que es un problema que nos preocupa, porque todo trasplante que se haga a un ciudadano extranjero va en detrimento de la posibilidad de los españoles. A diferencia de otros aspectos en la sanidad, el número de trasplantes que puedes hacer depende del número de donantes que tengas. Es muy lamentable, pero ningún país puede atender las necesidades del resto del mundo.

-También hay buenas noticias, como la cifra récord de trasplantes y donaciones en España una vez más. ¿Por qué tanto éxito?

-Por muchas cosas. Evidentemente, la población tiene que responder donando sus órganos, pero lo que diferencia a España de otros países es su sistema organizativo. Es un sistema que supone tener gente muy preparada, los coordinadores de trasplantes en los hospitales, que tienen que detectar el donante y trasmitirle a la familia la necesidad de donar, y eso hecho y perfeccionado año tras año es lo que funciona. Por muchos años, el número de donantes creció y la población también, pero lo que ha ocurrido en 2014, 2015 y en los tres primeros meses de 2016, donde llevamos un aumento del 10%, es que la línea ascendente sigue porque hacemos las cosas distintas. Hemos desarrollado dos técnicas fundamentales: la donación en parada cardíaca, que se desarrolló en Galicia, Madrid y Cataluña en los 80 y la estamos impulsando a todos los niveles, y sobre todo la colaboración con los médicos de urgencias, un servicio donde hay una cantidad de donantes potenciales que hasta ahora pasaban desapercibidos. Son esas vías las que nos han hecho crecer estos dos años.

-También 2015 fue para Galicia de récord. La tasa de donación llegó al 39,9.

-Para Galicia es una cifra espectacular, nunca se había logrado. El problema en España es que todas las comunidades es como si jugaran en la Champions League porque todas están por encima de 30 y fuera de España el único país que llega a 30 es Croacia. O sea, Galicia, considerada por sí sola, sería líder mundial per se. Galicia, o cualquier otra comunidad, pero Galicia está un poco por encima de España.

-¿Qué plus aportaría Galicia?

-Cada comunidad aporta lo que puede. Galicia aportó la asistolia y el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) fue el año pasado el centro más trasplantador de España.

-Pero la tasa de negativas familiares supera a la estatal. ¿Por qué?

-El año pasado mejoró, pero fue del 22,7%, sensiblemente superior al 15,3% estatal. En Galicia hay un índice de dispersión de la población muy importante, con mucha población viviendo en aldeas pequeñas, y una especie de concepción de la vida y la muerte, de la propiedad del cuerpo y ese tipo de cosas, que hacen difícil convencer a la población. Pero se está haciendo una labor muy importante de concienciación en los colegios, entre la gente joven, que tarde o temprano tiene que dar sus frutos. Creo que se llegará a la media española en poquito tiempo.