El ser humano pasa alrededor de un tercio de su vida durmiendo. Es una necesidad vital para que el cuerpo y la mente descansen y recuperen fuerza para el próximo día. Durante este rato de inconsciencia, nuestro cuerpo hace cosas de lo más curiosas, que los expertos que estudian el sueño nos han trasladado. ¿Te ha pasado alguna de ellas?

Impulso hipnótico

Al menos un 70% de las personas sufren espasmos o impulsos hipnóticos cuando están durmiendo. Seguro que alguna vez has sido consciente de que la pierna se te movía de forma involuntaria. Muchos de estos espasmos musculares están relacionados con un sueño en el que se cae al vacío.

Algunas teorías científicas apuntan a que este efecto es un vestigio de nuestros antecesores que dormían en los árboles y que al sentir los espasmos se despertaban y se recolocaban de nuevo entre las ramas, para evitar una caída.

Bruxismo

Rechinar los dientes mientras dormimos es algo muy habitual en una gran parte de la población. Las causas del bruxismo no se conocen suficientemente, aunque se considera que el factor desencadenante más importante es el estrés. Existen otras causas que pueden contribuir a su aparición como alimentación, postura a la hora de dormir, alineación inadecuada de los dientes...

El bruxismo puede desencadenar desgaste de los dientes, dolor de mandíbula, de oídos, insomnio... Tradicionalmente, los odontólogos han recomendado a sus pacientes una férula de descarga para aliviar la presión en las piezas dentales, así como masajes en la zona afectada o ejercicios de relajación.

Parálisis del sueño

Nuestro organismo tiene mecanismos para bloquear nuestros músculos mientras dormimos y así evitar que se muevan en función de lo que estamos soñando. No obstante, a veces se producen fallos y, aunque estemos semidespiertos, somos incapaces de mover un solo músculo. Es lo que se conoce como la parálisis del sueño, y crea una sensación muy angustiosa en quien la sufre.

Hablar o cantar en voz alta

La somniloquia o hablar dormido es una parasomnia referida al hablar en voz alta durante el sueño. Puede ser bastante fuerte, variar entre simples sonidos hasta largos discursos, y ocurrir una o varias veces durante el sueño.

Normalmente, olvidamos qué hemos dicho y aunque la persona que lo haya oído nos lo repita al día siguiente, nos parece increíble y surrealista que hayamos dicho algo.

Excitación sexual

Es muy común que los hombres tengan erecciones nocturnas durante el sueño ya que la sangre tiende a oxigenarse en el descanso provocando este tipo de reacción, de tres a cinco veces durante la noche. También sucede en las mujeres, que notan impulsos en sus genitales e incluso pueden llegar a tener orgasmos, generalmente producidos por un sueño subido de tono. Y es que durante el sueño se segregan hormonas que excitan a ambos sexos por igual.

Movemos más los ojos

Los movimientos de los ojos en la fase REM son merecedores de estudio ya que es una de las asignaturas pendientes de la neurociencia. Durante esta etapa del sueño los ojos convergen y rotan hacia abajo, originando veloces movimientos. La fase de sueño REM es una fase de sueño ligero, nuestro cuerpo no está profundamente dormido.

Los científicos no tienen la respuesta de por qué se origina este movimiento, pero sus pesquisas relacionan la fase REM como una estimulación neuronal para la consolidación de la memoria. Es decir, gracias a este movimiento, podemos recordar las cosas al día siguiente.

Somos más altos

Durante nuestro reposo la columna se hidrata y se estira, dejando que el espacio de los discos entre vértebras se distancie un poco. No obstante, por la mañana los discos vuelven a contraerse y volvemos a recuperar nuestra altura. Curioso.

Dormir adelgaza

Durante la noche el cuerpo gasta energía, por lo que se recomienda a los adultos dormir entre 7 y 9 horas diarias y a los niños unas diez horas. El organismo gasta a diario un 10 por ciento del total de la energía cuando digiere, absorbe y almacena los alimentos; entre el 10 por ciento y el 30 por ciento en la actividad física; y hasta un 70 por ciento en respirar, pensar o dormir.

Comemos insectos

Un estudio afirma que cada persona se llega a comer mientras duerme 500 bichos a lo largo de toda su vida, sin enterarse: arañas, mosquitos... Para que luego nos dé reparo ver cómo otras culturas comen insectos alegremente...

Producimos más gases

Durante la noche, es más complicado controlar los pedos, que fluyen de manera natural. Como el cuerpo se encuentra en un estado máximo de relajación muscular, nuestro intestino libera gases sin ningún tipo de represión. Lo ideal para evitarlo es tomar una cena ligera y al menos tres horas antes de dormir.