Hace cinco años María López -nombre ficticio de una brasileña de 36 años que prefiere guardar el anonimato- acudió a Urgencias en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) a causa de una neumonía. Una patología que se complicó y le obligó a permanecer ingresada durante más de un mes en este hospital -doce días en la UCI-, de donde salió con un nuevo diagnóstico: VIH, lo que le obliga a seguir un tratamiento de por vida. Sin papeles ni tarjeta sanitaria en aquella época, María continuó recibiendo asistencia sanitaria durante años. Ahora, el Sergas le reclama más de 60.000 euros por la asistencia recibida entre 2011 y 2014, donde se incluyen desde el ingreso hospitalario hasta numerosas pruebas como radiografías de tórax, colonoscopia o electrograma, los fármacos del tratamiento y visitas periódicas al especialista o a un centro sanitario de Vigo.

"No tengo recursos y desde hace un año y medio ya tengo tarjeta sanitaria", comenta desesperada esta joven que afirma que ha recibido "amenazas de embargo" por parte de la administración para que abone el gasto sanitario realizado. "Presenté dos reclamaciones ante el Sergas [la última el pasado lunes], pero no me han contestado", indica.

Desde la Asociación Faraxa -donde le llevan el asesoramiento legal- aseguran que la normativa gallega "indica que cuando un paciente tiene una infección sujeta a vigilancia epidemiológica recibirá tratamientos y seguimiento clínico de forma gratuita". "Por ello, reclamamos que no le exijan el cobro de la atención y el tratamiento por VIH", señala la presidenta de esta entidad, Carmen Lago. Desde Sanidade aseguran que no se puede generalizar y que la atención es gratuita cuando el inmigrante está en el sistema de protección social. En el Chuac recuerdan que, sin tarjeta sanitaria, sólo es gratuita la atención urgente.