La Audiencia Nacional acogerá el viernes la vista de extradición a Estados Unidos del gallego José Carlos Bergantiños, acusado, junto a su hermano, de vender en Nueva York cuadros falsificados por valor de más de 33 millones de dólares entre la década de los 90 y julio de 2009. Este tribunal ya accedió a entregar a las autoridades estadounidenses a su hermano, José Ángel, que ha recurrido esa decisión y está pendiente de la resolución de este recurso.

La Fiscalía se opuso entonces a la entrega de José Ángel argumentando que podía ser juzgado en España a instancias de EEUU y que la Audiencia Nacional entiende que los delitos fueron cometidos en ese país junto a otras personas y, por tanto, Bergantiños no podría ser juzgado de "forma separada y aislada del resto".

El Gobierno tiene la última palabra sobre la entrega, que de considerarla improcedente por algún motivo puede optar por rechazarla.

En su reclamación, las autoridades estadounidenses afirman que un tribunal de Nueva York acusa a los hermanos Bergantiños de conspiración para cometer fraude de transmisión electrónica, fraude de transferencia electrónica de fondos, conspiración para cometer lavado de dinero y lavado de dinero.

Según el relato de hechos, los dos hermanos, la mujer de José Carlos -la marchante mexicana Glafira Rosales- y Pei Shei Qian urdieron un plan "para crear y vender pinturas que ellos decían habían sido pintadas por pintores del expresionismo abstracto mundialmente famosos" como Jackson Pollock o Willem de Kooning. Sin embargo, los cuadros habían sido pintados por Bergantiños, su hermano, Qian y Rosales, quienes lograron embaucar "a compradores para que pagaran decenas de millones de dólares, sabiendo que no tenían valor alguno".

De este modo, llegaron a embolsarse más de 33 millones de dólares y para ocultar el origen ilícito de estas ganancias "trabajaron en conjunto para lavar las ganancias al transferirlas mediante cuentas extranjeras y nacionales".