Matemáticos de Oxford y un ingeniero de la Universidad de Tufts han propuesto un modelo para explicar la dinámica de la lengua camaleón, que han publicado en Proceedings of the Royal Society A.

El poder de la lengua del camaleón está bien documentado, y la mayoría de las personas han visto ejemplos de ello en acción en documentales sobre naturaleza, generalmente en cámara lenta.

Lo que la distingue es su velocidad, un camaleón puede disparar la lengua a un objetivo a velocidades de hasta 100 kilómetros por hora. Pero, el cómo lo hace no ha sido bien entendido.

En este nuevo esfuerzo, los investigadores han encontrado que para alcanzar tales velocidades increíbles tan rápidamente, el camaleón se basa en tres partes principales: la almohadilla adhesiva que está situada en el extremo de la lengua que se adhiere a la presa, músculos que actúan como bobinas de aceleración y músculos retractores que tiran de la presa antes de que tenga la oportunidad de escapar.

También señalan que los dos tipos de músculos se enrollan alrededor de un pequeño hueso en la boca del hioides. Para que un camaleón pueda coger la presa, todos sus sistemas deben trabajar al unísono de forma casi perfecta.

Todo comienza, según informan los investigadores, con los músculos del aceleración, que aprietan segmentos en forma de tubo en el interior de la lengua, empujándolos hacia el otro extremo, en lo que los investigadores llaman posición cargada. A medida que los músculos aceleradores se contraen, la lengua es forzada hacia el exterior mientras que al mismo tiempo, los segmentos en forma de tubo son empujados hacia el exterior de forma telescópica, como una vieja antena de la radio de coche.

Están hechas de colágeno, que es, por supuesto, muy elástico, lo que significa que se extienden a medida que la lengua se aparta de la boca, pero luego retroceden de forma natural una vez que se ha alcanzado el objetivo. La retracción es asistida por los músculos retractores, de acuerdo con el estudio.

Los investigadores han puesto todas estas acciones en un modelo matemático que les permite manipular diversos factores, tales como el tamaño que pueden alcanzar los segmentos. Observaron que estos cambios en el sistema podrían ser destructivos: si el radio de la funda interior era de más de 1,4 milímetros, encontraron que la lengua sería arrancada de su base al ser disparada.