Doce comunidades han decidido no aplicar este curso la prueba final obligatoria para todo el alumnado de sexto de Primaria que fija la Lomce, aunque la mayoría de ellas optarán por una evaluación alternativa, como es el caso de las ocho gobernadas por el PSOE. Galicia está entre las cinco autonomías -junto a Madrid, Castilla y León, Murcia y La Rioja (todas gobernadas por el PP)- que sí realizará la reválida a quienes finalizan Primaria. Las pruebas serán del 11 al 13 de este mes.

Andalucía, Asturias, Cantabria, Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares, Extremadura y Castilla-La Mancha rechazan la reválida que impone la Lomce y optarán por una evaluación "individual" ya que consideran que quien mejor puede llevar a cabo la tarea evaluadora es el profesorado de este alumnado, según informó ayer la Junta de Andalucía.

Por su parte, País Vasco, Navarra, Cataluña y Canarias o bien también realizan pruebas alternativas o directamente no realizarán ninguna evaluación a quienes acaban 6º de Primaria. Fuentes del Gobierno navarro indicaron ayer, a finales de mayo, que el alumnado de sexto de Primaria hará una prueba alternativa de diagnóstico para comprobar los conocimientos lingüísticos y científicos. Por su partes, fuentes de la consejería canaria señalaron que llevarán a cabo una prueba de diagnóstico estipulada en la ley autonómica de educación. Cataluña aplicó esta semana por octavo año consecutivo, una evaluación propia basada en la ley autonómica de educación sobre competencias básicas de Primaria.

La única autonomía por tanto en la que los alumnos de sexto no tendrán que pasar ninguna prueba adicional tras los exámenes de clase será el País Vasco. Hace unas semanas, la consejera vasca de Educación, Política Lingüística y Cultura, Cristina Uriarte, reiteró que no habrá este año evaluación de sexto de Primaria en esta comunidad. Argumentó que los alumnos llevan únicamente un curso con el nuevo currículo escolar, así que la consejería trabaja aún en el diseño de la evaluación de sexto, que necesita un "pilotaje".

Ante esta situación, el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, recordó ayer en Málaga que las comunidades deben hacer la evaluación al final de sexto de Primaria como establece el decreto del 20 de noviembre, y aseguró que se trata de una prueba para diagnosticar la calidad del sistema educativo. El titular en funciones de Educación señaló que la evaluación se debe hacer "de la forma en que establece la propia ley", con todos los alumnos y hecha por profesores distintos a los que tienen en sus aulas. Tras afirmar que ha sido "muy flexible" en la aplicación de la Lomce, insistió en que el objetivo de la prueba no es hacer clasificaciones, por lo que "no habrá rankings" de colegios.

Además, el ministro quiso lanzar un mensaje tranquilizador a las familias y los docentes al asegurar que esta evaluación busca ver si la educación "es la correcta" y si los alumnos "necesitan algún tipo de apoyo".

Sin embargo, las autoridades andaluzas señalaron que la prueba individual que van a realizar puede "conjugar" los principios de evaluación continua y la valoración del grado de adquisición de las competencias básicas sin llevar a cabo una prueba externa como dice la Lomce. La legislación estatal señala que la corrección de la evaluación final debe correr a cargo de docentes externos a los centros. La reválida de sexto llega después de que la de tercero de Primaria entrase en vigor el año pasado.