Aunque no es cierto que sean más habituales en verano, sí lo es que percibimos los síntomas con más fuerza porque la humedad y el sudor incrementan los síntomas que acompañan a la infección. Aparecen en cualquier momento del año y afectan a un elevado número de personas que deben ser tratadas para recuperarse rápidamente y no contagiar a los demás. Acude a tu médico si notas cualquier sensación extraña y no te automediques porque puedes alterar el diagnóstico y tratamiento adecuado.

Las micosis pueden ser superficiales, subcutáneas (que afectan a capas profundas de la piel y las provocan hongos presentes en los animales y en la tierra que atraviesan la barrera epidérmica) o profundas sistémicas (que penetran normalmente por vía respiratoria y afectan a nuestros órganos internos). El tratamiento es diferente en cada caso y debe determinarlo tu médico.

Cuidado especial con los niños en los que puede pasar desapercibida la infección inicial y constituyen una fuente de contagio directa. Sécale bien cuando va a la piscina, por ejemplo, y lava sus chanclas cada vez que vuelva a casa.

Las más comunes son las superficiales, que afectan a la piel, el cuero cabelludo, las mucosas, las uñas, etc... Podemos destacar por su frecuencia de aparición:

-Candidiasis, provocada por el hongo candida que coloniza zonas húmedas del cuerpo (genitales, glúteos, axilas, boca, etc...) Cuando su número aumenta exponencialmente (por ejemplo tras la ingesta de un tratamiento antibiótico que modifica las defensas), se produce la infección. Se presenta en forma de placas blancas, enrojecimiento, picor, quemazón, etc... y puede ser contagiosa.

-Pitiriasis, producida por el mismo hongo que causa la caspa. Por diferentes causas, prolifera y genera manchas (blancas, marrones, etc...) en la zona de la espalda, el pecho y el cuello. No es contagiosa.

-Tiña, que aparece en diferentes zonas del cuerpo con distinta sintomatología. En las uñas, que cambian de color y se hacen más gruesas y frágiles; en el cuero cabelludo, donde forma calvas circulares; en la piel, donde aparecen manchas rojas o en los pies, donde causa descamación, ampollas, picor, etc... (y se conoce como pie de atleta). Es contagiosa.

Las causas de la aparición de una micosis son diversas, pudiendo destacar:

-Consumo de medicamentos. Los tratamientos hormonales, con corticoides o antibióticos pueden modificar la flora normal y generar su aparición.

-Defensas bajas. Cuando el organismo sufre una deficiencia inmunitaria se defiende mal de los ataques externos y esta situación hace que su multiplicación sea exponencial. Padecer obesidad, diabetes, insuficiencia renal, etc... favorecen el desarrollo de los hongos.

-Fisiológicas. Tener la piel grasa, los niños, los ancianos, las embarazadas, etc... tienen mayor propensión a padecerlos.

-Heridas abiertas. La ruptura de la capa externa de la piel favorece la entrada de los hongos.

-Humedad en los pliegues de la piel. Es el caldo de cultivo perfecto para su crecimiento porque son zonas de acceso complicado en las que es difícil conseguir que no se queden mojadas.

-Problemas en las uñas. La uñas rotas, mordidas, mal cortadas, etc... facilitan la entrada de los hongos al interior.

-Ropa y calzado. Los zapatos cerrados y sin ventilar, la ropa interior sintética, los pantalones apretados, etc... aumentan la sudoración de la zona que cubren y facilitan el crecimiento de los hongos.

La mejor medida es la prevención, que pasa por evitar las causas que los provocan. Los expertos recomiendan:

-Utilizar calzado adecuado en piscinas, saunas, duchas públicas, etc... Evitar caminar descalzo por esos lugares y lavar lo que hayas utilizado con frecuencia evitando ponerlo mojado.

-No sentarse en el borde de las piscinas.

-Lavarse bien las manos, manteniendo una higiene completa, especialmente si has tocado animales o tierra que pueden actuar como vehículo de contagio.

-Secar bien los pliegues corporales, entre los dedos de los pies, etc... para eliminar la humedad.

-Utilizar ropa de algodón y tejidos orgánicos que permiten expulsar el sudor y evitan que se acumule sobre la piel.

-No usar calzado de plástico (salvo en piscinas, saunas, etc.). Elegir el que sea de piel para realizar tus actividades habituales o hacer deporte.

-Lavar las zonas íntimas con jabones de pH adecuado.

-Utilizar sprays y polvos que evitan la sudoración de los pies y no usar los mismos zapatos dos días seguidos.

No debes tratar la micosis sin consultar al médico porque cada una precisa un tratamiento concreto. Suelen utilizarse antifúngicos de aplicación local o por vía oral, baños con antisépticos, yodo, etc..., pero deben ser pautados por el especialista para lograr una recuperación completa y evitar recaídas. Acude a la consulta y sigue sus pautas.