El número de partos múltiples -en los que nacen dos o más niños- no deja de aumentar en la comunidad gallega. Este tipo de nacimientos se incrementó un 30% en la última década al pasar de los 317 casos registrados en 2005 a los 409 de 2014, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Una cifra que sitúa a Galicia por encima de la media nacional, donde los partos múltiples -de gemelos, mellizos, trillizos o más bebés- aumentaron un 16% en el mismo periodo de tiempo. El incremento es todavía mayor si se analizan los últimos 15 años: desde el año 2000 el número de partos múltiples aumentó un 65% en Galicia, un 81% en el caso de la provincia de A Coruña: se pasó de 92 a 167.

Cuatro de cada diez partos de este tipo se producen en la provincia coruñesa (167, lo que supone un incremento del 25% en la última década), pero es Ourense la que registró un mayor aumento de casos: se duplicaron al pasar de 19 a 38; en Lugo hubo un incremento del 82% (de 28 a 51 casos) y en Pontevedra del 11,1% (135 a 150), según los datos del INE que revelan que, a nivel estatal, Madrid y Barcelona lideran la clasificación (más de mil nacimientos de este tipo en último año), seguidas de Valencia (554) y Sevilla (484). En el ranking nacional, A Coruña ocupa el puesto número diecisiete.

El aumento de los partos múltiples -especialmente de gemelos o mellizos- supone la nota discordante en la tendencia que siguen los nacimientos al menos en la comunidad gallega. En la última década, Galicia resgistró un 7,6% menos de partos -se pasó de 20.865 a 19.266- y los calificados de sencillos, es decir, con solo un bebé, también bajaron un 8%. Los únicos que aumentan son los múltiples: el 99% de los registrados en 2014 fueron dobles y hubo otros tres partos triples, según los datos del INE.

Los expertos sostienen que la razón de este repunte de partos múltiples está en el incremento de los tratamientos de fertilidad, algo unido a que cada vez es más frecuente que las mujeres deseen ser madres a edades más tardías. Los médicos tienen claro que, desde el punto de vista biológico, lo ideal sería ser madre antes de los 30 años. La razón hay que buscarla en la carga ovárica. Al llegar a la treintena y especialmente a partir de los 35, desciende progresivamente el número de ovocitos de la mujer y su calidad, lo que hace que aumenten los problemas para quedarse embarazada.

Es ahí donde entran en juego las técnicas de reproducción asistida que elevan el riesgo de tener un embarazo múltiple. Hay dos tipos de tratamientos: la inseminación artificial y la fecundación in vitro. En el primero, se estimula la ovulación de la madre para después introducir una carga de semen en su aparato reproductor con el objetivo de facilitar el encuentro entre el óvulo y el espermatozoide. En este caso el peligro de embarazo múltiple radica en que, según los expertos, no hay forma de controlar que la mujer produzca un sólo óvulo.

Por su parte, en la fecundación in vitro, la unión entre óvulo y espermatozoide se realiza en el laboratorio para obtener varios embriones que se introducirán directamente en el útero de la madre. La mujer se somete a una estimulación ovárica para producir más folículos -en cada uno hay un ovocito- y a partir de ahí, los médicos seleccionan los mejores embriones. La legislación española actual permite introducir hasta tres embriones (hasta hace unos años era posible incluir más embriones), lo que aumenta el riesgo embarazo gemelar o de trillizos. Desde la Sociedad Española de Fertilidad reconocen que gracias a la limitación de embriones, la tasa de gemelaridad con esta técnica ha bajado en diez años del 30 al 21%.

Los expertos recuerdan, sin embargo, que hay otros factores que influyen a la hora de quedarse embarazada de varios bebés como tener antecedentes familiares. Eso sí, los médicos afirman que no siempre se cumple el dicho de que "se salta una generación".