El equipo médico que se encargó del caso del bebé nacido en Lisboa de una mujer que llevaba 15 semanas en muerte cerebral dijo ayer que el cuerpo de la madre funcionó como una "incubadora" para el feto durante la gestación. "La madre fue una incubadora viva y donó su cuerpo a su hijo", dijo el presidente de la Comisión de Ética del Centro Hospitalario de Lisboa Central, Gonçalo Cordeiro Ferreira.

El bebé nació mediante cesárea a las 32 semanas de gestación en un parto sin complicaciones y pesó 2,350 kilogramos. El estado de muerte cerebral de la madre, de 37 años, había sido declarado el pasado 20 de febrero después de sufrir una hemorragia intracerebral y, tras comprobar que el feto estaba en perfectas condiciones de salud.