El Observatorio Astronómico de Forcarei (OAF), radicado en As Casetas, ha conseguido fotografiar una supernova radicada en la galaxia espiral Messier 66 de la Constelación de Leo, que dista de La Tierra 36 millones de años luz. Según uno de los artífices de este logro, Ricardo Lago, una supernova es, en realidad, la muerte de una estrella supergigante que explota. Es el único momento en el que desde La Tierra se puede ver una estrella de otra galaxia. Su explosión es lo que hace posible que brille más y que, por tanto, sea posible percibirla con potentes telescopios como el existente en el Observatorio Astronómico de Forcarei.

Lago es uno de los colaboradores más activos de la Fundación Ceo, Ciencia e Cultura -entidad que gestiona el OAF radicado en As Casetas- y, junto con otros dos colaboradores del ente -Pablo Martínez y Hugo González- los que han hecho posible que se inmortalizase esta supernova, la SN2016 cok.

La pasada semana tuvieron constancia de la existencia de esa supernova a través de las observaciones realizadas desde otros enclaves de observación astronómica emplazados en distintos puntos del planeta. Dado que el tiempo no acompañaba, tuvieron que demorar su búsqueda unos días. El primer día que las condiciones climatológicas fueron propicias -el jueves de la pasada semana- Hugo González logró fotografiar en blanco y negro la galaxia en la que está encardinada esa supernova -la M66, radicada a 36 millones de años luz de distancia- y la M65, que dista de La Tierra 35 millones de años luz. Pero lejos de darse por vencidos, los colaboradores del OAF -em este caso Pablo Martínez y Ricardo Lago-decidieron seguir insistiendo para captar una imagen todavía mejor de la supernova, ya en color. Lo hicieron el martes, entre la medianoche -momento en que se produce la llegada de la noche astronómica, cuando ya no queda nada de luz y las tres de la madrugada, cuando tuvieron que interrumpir su labor porque M66 estaba radicada ya demasiado cerca del horizonte, lo que incrementa la turbulencia atmosférica y le resta nitidez a las imágenes.

Estas imágenes ya circulan por la red para regocijo de los aficionados a la astronomía. Pero en el OAF seguirán fotografiándola hasta que se apague por completo, documentando así una muerte que se estima que se producirá, como mucho en 15 o 20 días.