Domingo 5

Reales. Los he visto muy bien. Cada uno por su lado, pero muy bien. Se refiere Jaime Peñafiel a los eméritos. Los eméritos han vuelto a retomar una cierta agenda oficial, real y conjunta. Allá arriba andan, juntos también, los otros monarcas, estos de pleno derecho, no eméritos. Noventa y cinco años él, noventa ella, sesenta y ocho de matrimonio y casi los mismos de reinado. Pregunten a Carlos y Camila, los únicos delfines en la edad de jubilación que conocen las monarquías europeas. Y la reina ahí tan fresca con la corona en la cabeza. Lo dice la BBC, la suya. Son cosas de la genética (la reina madre superó la centuria sin renunciar a su copita de ginebra. Y que no comete excesos, no fuma, no incluye almidón en la cena, monta a caballo dos días a la semana, tiene fe y procura no estresarse. Y luego está su largo matrimonio. Es ciencia. Investigadores de la Universidad de Nueva York concluyeron que el casamiento es bueno para el corazón. Bueno, en un 5%, y siempre que no haya "tensiones". Que tampoco es que sea para tirar cohetes. Y más teniendo en cuenta lo especialito que es el duque, que no sale de una y se mete en otra. Así que habrá que buscar la causa en el almidón. Digo yo.

Lunes 6

Un año de amor. A Mario Vargas Llosa le piden los reporteros de calle que haga balance de un año de amor con la reina de corazones. Pero no salen. Las cuentas. Veamos. El año oficial se correspondería con la primera portada. Doce meses. Un año. Pero eso fue su salida del armario (amoroso), su darse a conocer (como pareja) al mundo. Ellos mismos, en la misma portada, hicieron ya su propio balance del primer año de amor. En febrero. Y, moviendo ya la fecha en lo que venía siendo nuestra línea temporal, en febrero situaron el inicio, la génesis, el Big Bang. Pues eso. Que a estas alturas ya andaríamos por uno y pico. Habrá que mirarse el blog de Tamara. Lo más parecido a algo fiable que tenemos. Y va corregido por un Nobel.

Martes 7

Los Trapp. Cree la BBC haber dado con la verdadera familia von Trapp en Vermont, Estados Unidos. ¡Ingenuos! La troupe cantarina capaz de recoger el testigo de Mocedades, los Jackson Five, los Iglesias o los Chunguitos son los Rivera Pantoja. Enumero: la matriarca, el tito, el Dj, la sobrina, el primo, la comadre. ¿Quién faltaba? La niña, claro. Dicen que Chabelita podría debutar como cantante. Kiko empezó igual, canturreando a un micro gordo que le extendía su madre. La artista cero asegura que es como un ruiseñor. Aunque le tira el pop como al otro la disco. Así que el trono folclórico, por ahora, sigue vacante. Lo intentó otra saga, la Mohedano-Benito, sin éxito. La niña tiene hasta compositor, Juan Gabriel. Aunque no sé si es muy de pop. O más de stop.

Miércoles 8

Salta la rana. Que olé, olé, salta la rana. Muchas ranas son capaces de saltar treinta veces su longitud, algunas hasta cincuenta. Salta la rana. El mayor salto histórico „dato Guinness„ corresponde a Santjie, una batracia Ptychadena oxyrhynchus. Buscando el agua verde y olé. Su marca está en 10,3 metros durante un concurso celebrado en Sudáfrica en 1977. Salta la rana, salta la rana. Así mi corazón saltará si tú me llamas. Nadie le negará a Mediaset el papel de mecenas. Más que la baronesa Thyssen. De rescatatalentos. De (re)lanzadera de hits. Dicen Agustín, y Agustín vuelve a sonar. Dicen María del Monte, y toma sevillana y toma saltos. Con el (necesario) concurso del sobrinísimo ciático. Pero eso ya lo conté. Hasta a Yurena han recuperado. Dentro del apartado apadrina a un friqui (¿recuerdan a Toni Genil?). Es su particular contribución a la causa, su obra de caridad. Salvo las cremas que presenta tan solícita Terelu, cogen lo que sea y lo convierten en viral. Tan viral como la rana con gafas de WhatsApp. O la folclórica. Canta la fuente. Que olé, olé, canta la fuente. Canta la fuente. Si el cántaro se llena y olé. Canta la fuente. Salta la rana.

Jueves 9

Narices. Por negar la menor, confirmó la mayor. O lo que es lo mismo, para desmentir un retoque nasal desveló un aumento pectoral. Se ve que era cuestión de Estado. No había galería de antes y después (un clásico) en las que no estuviera. Por partida doble. A la it girl Paula le pasó lo que a otras. Que ese juego de las siete diferencias que otros veían era un efecto óptico. Lo del apéndice. Uno de esos trampantojos. A ella no la sorprendieron amoratada. O con una naricilla respingona de la noche a la mañana como les ocurrió a Paula Vázquez, a Kalina de Bulgaria o a la duquesa Eugenia. Que no podían apelar a lo del cerebro que burla a los ojos. O al revés. Pero el canalillo, no. El canalillo no engaña.

Viernes 10

Y sus muñecos Se ha desatado la madre de todas las batallas. El combate del siglo. Sobre el cuadrilátero, en una esquina Mari Carmen y sus muñecos; en la otra, Jorge Javier y los suyos. No muñecos, me refiero a los suyos, a su cuadrilla, a esa nueva casta, clase social emergente, ecosistema si me apuran, que ha venido a denominarse colaboradores. La liza es desigual, para qué engañarnos. La ventrílocua, erigiéndose en portavoz de los olvidados, se duele de que la gente les haya cambiado por sálvames y viceversas y compañía. Para echarse unas risas. Le ofende que Doña Rogelia haya dado paso a Belén Esteban. Y ahí, ojo, elige malos enemigos. Ya se enfrentó con Kiko Hernández. Con la Benito, Matamoros o Víctor Sandoval no osará. Imaginen a la primera, mirando a cámara con los ojos fuera de las órbitas: "Te arrastro, te arrastro". Al segundo, solo mirando a cámara. Al tercero, que ya está de vuelta desde Honduras, metiendo la foto de los dulces Daisy y Nicol en el congelador. Claro que igual les viene hasta bien. Como aquella famosa que decía introducir la cara entre el hielo. Por lo de la conservación. De las especies.