Golpea de repente. Sin avisar. Y noquea a su contrincante. El ictus cerebral mata o discapacita a más de 100.000 españoles cada año. Es la segunda causa de muerte entre la población adulta en general, la primera entre las mujeres, y también el principal motivo de incapacidad permanente y dependencia. Galicia registra entre 150 y 200 casos por cada 100.000 habitantes, lo que se traduce en unos 6.000 nuevos ictus anualmente, un dato que sitúa a la comunidad a la cabeza de España. De ahí que profesionales de la Neurología y asociaciones de familiares y pacientes con daño cerebral adquirido (DCA) compartan el interés prioritario de prevenir esa dolencia, que también es la principal causa del DCA. Por eso, la Federación Galega de Dano Cerebral (Fegadace) rubricó hace un año un acuerdo de colaboración con la Sociedade Galega de Neuroloxía centrado, precisamente, en el desarrollo de campañas de prevención y en el impulso de programas de investigación sobre el ictus.

Una colaboración que ha empezado a dar sus primeros pasos con la puesta en marcha de un estudio para mejorar el conocimiento, por un lado, de los recursos disponibles para la atención al ictus y, por otro, de las necesidades reales de los pacientes con daño cerebral adquirido. La finalidad de esta investigación, que cuenta con el apoyo económico de la Fundación Barrié y de la Fundación Roviralta, y con la colaboración de personal médico de la Sociedade Galega de Neuroloxía, es doble. "A corto plazo, servirá para incrementar la información de que disponemos sobre el estado real de los programas de atención al ictus en los servicios públicos de salud y de protección social. Con esta información, que haremos llegar a la Xunta, se podrá hacer una planificación realista sobre la calidad y la cantidad de la atención, para así poder mejorarla y satisfacer las necesidades efectivas de las personas con daño cerebral adquirido", explica el portavoz de Fegadace, Fidel Castro. "También servirá como base para la elaboración de un estudio epidemiológico sobre el daño cerebral adquirido, ya que en la actualidad solo hay datos estimados sobre la incidencia de esta discapacidad. Además, el análisis de los datos recopilados va a ser de gran utilidad para medir el retorno social de la inversión en la atención al daño cerebral adquirido, es decir, para calcular los beneficios, sociales y económicos, de mejorar la prestación de servicios a los afectados", añade.

Para obtener información de primera mano, ya se están realizando encuestas a pacientes que hayan ingresado en los hospitales del Sergas a causa de un ictus. "Especialistas de la Sociedade Galega de Neuroloxía informan del proyecto y entregan, a quienes acepten participar, una primera encuesta en el momento del alta. A los tres meses de la salida del hospital, cubrirán otra, para poder comparar la evolución de su conocimiento sobre el ictus y el acceso a los servicios asistenciales", explica el portavoz de Fegadace, quien señala que el análisis "se basará en una muestra de 376 pacientes", y la recogida de datos, que se puso en marcha hace un par de semanas en los servicios de Neurología y Cirugía Vascular de los hospitales de las siete principales ciudades de Galicia, "terminará a principios de 2017". "Aunque nuestro objetivo es obtener información útil para el conjunto de pacientes con daño cerebral adquirido, la investigación se restringe a las que tienen esa discapacidad a causa de un ictus. El motivo es que el daño cerebral adquirido es una discapacidad muy compleja, que no cuenta con una etiqueta sanitaria propia, lo que dificulta el seguimiento total de casos entre los diferentes servicios hospitalarios. El ictus es, además, la principal causa de daño cerebral adquirido (en torno al 78% de los casos)", incide Fidel Castro.

El portavoz de Fegadace explica que la segunda parte del estudio consistirá en "procesar esa información" mediante un análisis estadístico que permita "extraer conclusiones" que se trasladarán a la Administración, pero que también se harán públicas para "concienciar a la sociedad acerca de la importancia de evitar factores de riesgo como el exceso de colesterol, el consumo de tabaco y alcohol, el sedentarismo, la obesidad y la hipertensión". "La prevención es fundamental, nadie está libre de sufrir un accidente cerebrovascular, pero sí se puede minimizar el riesgo", subraya.

La prevención es clave, tanto como el abordaje precoz de esa dolencia. Y es que aunque cada ictus sea un enigma -"hay tantas variables como casos", sostienen los especialistas- y la capacidad de recuperación dependa de factores como el tamaño y la localización de la zona cerebral afectada o la edad del paciente, una cosa está clara. "El tiempo transcurrido hasta recibir atención es siempre determinante. Por encima de las cuatro horas, las secuelas son prácticamente irreversibles", advierten los expertos. "Hay varios síntomas que nos deben poner en alerta, como dolor de cabeza intenso y de inicio súbito, debilidad en una parte del cuerpo, pérdida de visión, alteraciones en el lenguaje, adormecimiento de un brazo a una pierna...", explica el portavoz y secretario de Fegadace.