El papa Francisco manifestó ayer la necesidad de que la Iglesia pida perdón a los homosexuales, pero también a los pobres, a las mujeres y niños explotados y "por haber bendecido tantas armas", al tiempo que precisó que la Iglesia es "santa" y que los pecadores son los fieles, no la institución eclesial.

"Yo creo que la Iglesia no solo debe pedir excusas, como ha dicho algún cardenal marxista, a las personas gais a las que ha ofendido, sino también pedir excusas a los pobres, a las mujeres explotadas, a los niños explotados en el trabajo. Debe pedir excusas por haber bendecido tantas armas", señaló ante periodistas durante el viaje en avión de Armenia a Roma, según informó ayer el diario La Nación de Argentina. "La Iglesia debe pedir excusas por no haberse comportado tantas veces. Cuando digo Iglesia, digo los cristianos. La Iglesia es santa, los pecadores somos nosotros", agregó el Pontífice.

Francisco también aseguró que "hay un solo Papa", al contestar a la pregunta de un periodista que se refirió a las declaraciones que hizo hace poco el prefecto de la Casa Pontificia y secretario de Benedicto XVI, monseñor George Ganswein, al sugerir la idea de un ministerio petrino compartido. "Escuché, pero no sé si es verdad, que algunos fueron a verlo y a lamentarse por este nuevo Papa. Y les echó, con el mejor estilo bávaro, educado, pero les echó", comentó.

Comisión de diaconisas

Preguntado sobre la comisión que creará para estudiar la cuestión de las mujeres diaconisas, el Papa reconoció que cuando leyó en los diarios titulares que aseguraban que El Papa le abre la puerta a las mujeres tuvo una reacción de enfado con los medios. "Para mí la función de la mujer no es tan importante como el pensamiento de la mujer. La mujer piensa de otro modo que nosotros los hombres y no se puede tomar una decisión buena y justa sin escuchar a las mujeres", señaló. "Ciertamente existían estas mujeres que ayudaban al obispo y ayudaban en tres cosas: primero en el bautismo de las mujeres, porque era por inmersión, segundo en la unción prebautismal de las mujeres, y tercero, y esto hace reír, cuando la mujer iba al obispo porque el marido la pegaba, el obispo llamaba a una de estas diaconisas, que miraba el cuerpo de la mujer para hallar los indicios que probaran estas acusaciones", agregó.