El Tribunal Supremo de Estados Unidos falló ayer contra el estado de Texas en uno de los casos más importantes sobre el aborto que ha estudiado en las últimas dos décadas y fortaleció el derecho de las mujeres a poner fin a su embarazo, reconocido en todo el país desde 1973. "Me complace ver que el Tribunal Supremo protege los derechos de la mujer y su salud", subrayó en un comunicado el presidente de EEUU, Barack Obama, que reafirmó su compromiso con el derecho a la libertad reproductiva de la mujer y a acceder a una atención médica "segura y asequible".

La decisión del alto tribunal supone una victoria para Obama, que había apoyado en la corte a las asociaciones demandantes, entre las que se incluye el grupo Whole Woman's Health, propietario de algunas de las clínicas de Texas dedicadas a dar cuidados reproductivos a las mujeres.

En su decisión, los jueces del alto tribunal consideraron inconstitucional una polémica ley del estado de Texas que, con el argumento de proteger la salud de las mujeres, ha provocado el cierre de 22 de las 41 clínicas donde se practicaban interrupciones voluntarias del embarazo.