Las picaduras de insectos pueden convertir un viaje idílico en una verdadera pesadilla. El verano es, junto con la primavera, la estación de mayor prevalencia y, aunque las picaduras no suelen ocasionar grandes problemas y el 90% se puede tratar en el ámbito familiar, las molestias sí pueden aguar unas vacaciones. Prevenirlas es la mejor forma de evitar males mayores y, para ello, los farmacéuticos ofrecen una variada oferta de repelentes. Pero ¿cuáles son los más adecuados para cada caso?

"Es importante adoptar medidas preventivas de las picaduras de insectos mediante el uso de repelentes en las zonas de piel expuestas, sobre todo si se van a realizar actividades al aire libre. Otra medida útil es disminuir la superficie corporal expuesta, utilizando ropa de manga larga y pantalones largos. La ropa impregnada de permetrina refuerza la protección. También se recomienda evitar zonas de agua estancada y el uso de insecticidas domésticos", explica la farmacéutica gallega Alba Soutelo.

Los mosquitos son los que peor fama tienen, pero también las garrapatas, chinches y moscas son una fuente importante de transmisión de enfermedades. Se calcula que estos invertebrados transmiten patologías a más de 700 millones de personas cada año, muchas de ellas graves (malaria, fiebre amarilla, dengue, Chagas, enfermedad del sueño, etc.), según explican desde la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac).

"Es importante extremar las medidas preventivas en pacientes con enfermedades inmunológicas o autoinmunes, enfermedades crónicas graves y en mujeres embarazadas. También deben aplicarse medidas preventivas a las personas infectadas por insectos, para prevenir la transmisión de la enfermedad por otros insectos inicialmente no infectados", advierte Soutelo.

La presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra indica que hay que seguir siempre las recomendaciones de uso que aparecen en el etiquetado del repelente. "Se debe extender en cantidad suficiente para cubrir la piel expuesta y debe evitarse aplicarlo sobre heridas o piel dañada. En casos de sudoración excesiva, debe aplicarse más frecuentemente. Si se utilizan otras cremas, como los fotoprotectores, el repelente se debe aplicar en último lugar. No es recomendable el uso de repelentes en niños menores de dos meses sino que se deben utilizar únicamente barreras físicas, como mosquiteras, en cunas y carritos", apunta Soutelo, al tiempo que destaca que los repelentes actualmente disponibles en el mercado "tienen unos perfiles de eficacia, seguridad y tolerabilidad muy satisfactorios".

Esta experta gallega apunta el DEET (Dietiltoluamida) como un repelente muy eficaz, sobre todo para usar en viajes a zonas de riesgo. "Se están buscando nuevas formulaciones que permitan reducir la concentración del repelente sin disminuir la duración de la acción", señala esta farmacéutica. El Icaridin es también una buena alternativa, dice, "ya que muestra una baja toxicidad y unas buenas características organolépticas", describ esta experta gallega.

Este verano el foco estará puesto en el zika, un virus que se transmite a través de mosquitos del género Aedes y cuya infección cursa con sintomatología leve y pasa desapercibida en la mayoría de los pacientes, aunque se ha observado un incremento de casos de microcefalia y trastornos neurológicos en neonatos relacionados con la presencia de este virus en embarazadas. En las farmacias gallegas están disponibles muchos de los repelentes de insectos autorizados por la Agencia Española de Medicamentos que son eficaces frente al género Aedes. "En la etiqueta debe aparecer el número de autorización y registro", indica Soutelo.

Y una vez que el insecto ha picado, los expertos aconsejan evitar rascarse la piel. Se debe tratar la picadura con una solución cutánea con amoniaco (o ingredientes naturales), con una crema antiinflamatoria con corticoides o en su defecto, con un cubito de hielo.