Desde que la Secretaría de Estado de Estados Unidos advirtió del riesgo de atentado terrorista durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia, la ciudad se ha blindado para recibir al papa Francisco y a los cientos de miles de peregrinos que le acompañarán entre el miércoles y el domingo. El pasado mayo, Washington emitió una alerta de viaje para sus ciudadanos ante "el riesgo de potenciales ataques terroristas" contra "grandes eventos y sitios turísticos" en Europa e hizo referencia a tres grandes acontecimientos: el Tour de Francia, la Eurocopa y las Jornadas Mundiales de la Juventud en Cracovia. Este aviso y los últimos atentados en Francia y Bélgica han hecho que varios miles de peregrinos cancelen su asistencia a la JMJ, aunque desde el Ministerio del Interior de Polonia se reitera que no existe amenaza de terrorismo y se asegura que Cracovia estará blindada durante la presencia del papa Francisco.

En el dispositivo de seguridad participan 20.000 policías, además de cinco helicópteros, varios retenes de bomberos, agentes de la Oficina de Protección del Gobierno y guardas fronterizos, con un presupuesto de cerca de 19 millones de euros.

Se espera que cientos de miles de jóvenes de todo el mundo se reúnan desde mañana hasta el domingo con el Pontífice argentino en la XXXI JMJ de Cracovia , donde vivieron "los dos grandes apóstoles de la misericordia", Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska. Esta jornada se inscribe dentro del Año Jubilar de la Misericordia. Un total de 51 obispos españoles participarán, también, en el encuentro.

Durante su estancia en el país, el Papa se reunirá con un grupo de diez supervivientes de Auschwitz en el marco de una visita al antiguo campamento nazi programada en su viaje, que tendrá lugar dos días después de su llegada a Cracovia. Allí permanecerá durante dos horas sin que esté previsto que pronuncie ningún discurso aunque dejará escritas unas palabras en el libro de honor. Francisco atravesará a pie el portal con la inscripción Arbeit macht frei (El trabajo nos hace libres) y luego rezará ante el muro de la muerte, ante el que encenderá una vela y rezará. Será después cuando tenga lugar la reunión con una decena de supervivientes del campo de concentración. El último de ellos le entregará una vela y el Pontífice encenderá una lámpara que ofrecerá al campo de concentración. Este es el lugar donde el franciscano polaco, Maxilimiano Kolbe, fue asesinado por los nazis. El 29 julio es el día del 75 aniversario de su ejecución.