El papa Francisco visitó ayer el infierno en la tierra. Francisco, en su visita a Polonia, acudió al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, la gran máquina de exterminio nazi. Todo fue silencio. No hubo intervenciones públicas. Tan solo dejó escrito en el Libro de Honor del campo de concentración: "Señor, ten piedad de tu pueblo! Señor, perdona tanta crueldad!".

El Pontífice protagonizó uno de los momentos más emotivos de su visita a Polonia, iniciada el miércoles 27 de julio, al visitar en silencio el campo de concentración de Auschwitz. El Papa entró a pie, bajo la inscripción que preside el campo: Arbeit macht frei (El trabajo os hará libres).

Posteriormente estuvo en la celda donde recluyeron el padre Maximilian Kolbe, un religioso que intercambió su vida por la de un padre de familia condenado a muerte en este campo de exterminio. Kolbe fue ejecutado con una inyección de gas fenol en este lugar hace exactamente setenta y cinco años. Francisco rezó de rodillas durante unos diez minutos.

En su vista al campo, en medio de un impresionante silencio, Francisco encendió una lámpara en el llamado Muro de la Muerte, donde eran fusilados los prisioneros. Fuego firmó en el Libro de Honor y, posteriormente, el Santo Padre se dirigió en coche al vecino campo de Auschwitz II-Birkenau, a solo tres kilómetros, donde los nazis exterminaron a más de un millón de personas utilizando las cámaras de gas. Allí, el Papa, con el rostro serio y triste, rezó en un monumento a las víctimas, situado entre las ruinas de las dos mayores cámaras de gas.

El Papa saludó personalmente a una docena de supervivientes del campo de concentración y a un grupo de Justos entre las naciones (personas no judías que arriesgaron su vida por salvar judíos durante la Segunda Guerra Mundial).

Entre los justos entre las Naciones se hallaba Maria Augustyn, hija de Karol and Waleria Jamro, quienes alojaron en 1942 a una pareja de prófugos judíos, Hena y Oskar Oliner, que llevaban huyendo varias noches. Anna Bando (nacida Stupnicka), otra de las personas saludadas por el Papa, es hija de Janina Stupnicka, profesora, que trabajaba durante la ocupación alemana como registradora de edificios residenciales, incluyendo algunos del gueto de Varsovia. Cuando iba a trabajar, junto a su hija Anna (de 12 años entonces) llevaban pan en sus bolsos y lo repartían entre los judíos. Consiguieron además sacar a una niña de 11 años del gueto y, hasta el final de la guerra, la ocultaron con ellos.

Miroslawa Gruszczynska fue otra de las personas a quienes saludó el Papa. Su tía decidió albergar a una joven, Marysia (Anna Allerhand), unos días, pero enfermó y no pudo dejar la casa. Cuando pudo recobrarse, la familia decidió que se quedase con ellos. Entre los supervivientes a quienes saludó el Papa estaba la violinista, Helena Dunicz Niwinska, nacida en 1915 en Viena. Vivió hasta 1943 en Lvov, con sus padres y hermanos. La arrestaron junto a su madre y la llevaron a Auschwitz en octubre de 1943. Fue incluida en una orquesta en Birkenau. Su madre murió en el campo de concentración, pero ella fue evacuada en enero de 1945. Tras una "marcha de la muerte" fue liberada y, al acabar la guerra, se trasladó a Cracovia. En 2013 publicó sus recuerdos en el libro One of the Girls in the Band.

¿Y Dios?

"¿Dónde está Dios? ante el terrorismo, la violencia, el hambre y el mal en el mundo", fue la pregunta retórica con la que comenzó, ya por la tarde, el papa Francisco su discurso durante el Vía Crucis en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Cracovia y ante miles de jóvenes. "¿Dónde está Dios, si en el mundo existe el mal, si hay gente que pasa hambre o sed, que no tienen hogar, que huyen, que buscan refugio? ¿Dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras?", dijo. Y continuó: "¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías?". Y la respuesta del cabeza de la Iglesias católica: "Dios está en ellos, Jesús está en ellos, sufre en ellos".