Decenas de páginas de internet recopilan sencillas recetas que permiten a los alérgicos a algún alimento a disfrutar de la comida sin correr riesgos. He aquí algunos ejemplos

►Mayonesa sin huevo. El proceso de elaboración es el mismo que el de la mayonesa de siempre, pero varían los ingredientes, que en este caso serán dos medidas de aceite, una medida de leche, un poco de sal y vinagre. También se le puede poner un poco de colorante amarillo (azafrán, como el que se le echa a la paella), para que adquiera un aspecto normal.

►Bizcocho sin huevo ni leche. Para que los más golosos no tengan que renunciar a darse un festín, se elabora precalentando el horno durante diez minutos. Al mismo tiempo, se mezclan en un bol harina, azúcar y sal, y se les añade agua, margarina deshecha y ralladura de limón. A continuación, se bate el aceite, el agua y la levadura, se mixtura con el preparado anterior y se remueve. Por último, se engrasa un molde y se cuece el revuelto obtenido a 200 grados, durante quince minutos.

►Gratén sin queso. Los adictos a la comida italiana se pondrán las botas con esta receta, que se consigue añadiendo un poco de bechamel (opcional) realizada con leche de soja por encima del plato que se quiera gratinar. Sobre la bechamel se espolvorea un poco de pan rallado con ajo y perejil, (es mejor que se ralle en casa, ya que queda menos fino que el que se compra). Por último, se introduce en el horno y se gratina como si se tratase de queso.

►Boquerones sin anisakis en manecilla. Este plato se prepara destripando los boquerones y metiéndolos en el congelador, sin lavar, un mínimo de tres días (para matar al anisakis). Pasado ese tiempo, se descongelan en el frigorífico, se lavan y se escurren bien. Con la ayuda de un buen robot de cocina, se muelen los garbanzos, para obtener harina de garbanzos. A continuación, se mezcla ésta con la harina de trigo, se salan los boquerones, se enharinan, se juntan 4 o 5 boquerones por la cola (para que queden las manecillas ) y se fríen en aceite caliente. Por último se escurren bien y, como toque final, se aderezan con zumo de limón.