Aunque el sol aporta muchas ventajas, no podemos olvidar que la acción de una elevada dosis de radiación ultravioleta sin la protección adecuada resulta perjudicial. En verano, el tiempo que dedicamos a actividades al aire libre se multiplica exponencialmente, lo que incrementa nuestra exposición a los efectos de esta radiación. Y olvídate de que "como está nublado" no hay ningún problema; sí lo hay.

Lamentablemente, "descuidamos" la protección ocular, pensando que cualquier gafa de sol es buena para nuestros ojos y a los niños casi nunca se las ponemos porque les resulta incómodo o se encuentran raros. La prevención es imprescindible a todas las edades, especialmente con los niños más pequeños. Destacaría:

-No es recomendable que los bebés tomen el sol

-Mucho cuidado en la playa, porque la arena refleja hasta el 15% de la radiación solar

-Evita que jueguen al sol entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde, pues es el momento de máxima potencia solar

-Ponles visera, sombrero y gafas de sol siempre que vayan a estar al aire libre

Los datos de los expertos son demoledores. Un elevadísimo porcentaje de adultos (padres, abuelos, amigos, etc...) no toman precauciones para proteger los ojos de los niños de la radiación UV, a pesar de que los especialistas recomiendan el uso de gafas de sol homologadas durante la etapa infantil para prevenir futuras enfermedades oculares (cataratas, pterigion, DMAE, etc...) que están directamente relacionadas con la exposición solar recibida en los primeros años de vida.

Debemos ser conscientes de que sus ojos son más vulnerables que los de los adultos en lo que se refiere a los efectos nocivos del sol por su anatomía y fisiología. El cristalino del niño es más sensible que el del adulto, pues actúa como filtro de la radiación y su funcionamiento aún no es completo. Antes de que cumpla un año, deja pasar el 90% de la radiación UVA y el 50% de la UVB, que llegan a la retina directamente y pueden provocar daños a corto y largo plazo:

-A corto plazo, pueden producirse queratitis (quemaduras solares) que se manifiesta con dolor, fotofobia y enrojecimiento ocular

-A largo plazo pueden provocar alteraciones agudas de la córnea, lesiones degenerativas y quemaduras agudas de la retina que lesionan el ojo y perjudican la visión de manera severa y permanente. Otras patologías asociadas son: las cataratas (primera causa de ceguera reversible en el mundo), la DMAE (primera causa de ceguera irreversible) o el pterigion (formación anormal de tejido sobre la córnea).

Recomendamos la prevención, utilizando las gafas de sol homologadas y adecuadas a su edad, pues constituyen el mejor mecanismo de protección para sus ojos. Deben ser adquiridas en establecimientos especializados y presentar la marca CE (conformidad europea), pues usarlas de otro tipo resulta incluso más perjudicial que no usarlas. A ello se puede añadir el uso de sombreros o gorras con visera delantera para conseguir la presencia de sombra sobre sus ojos. Debemos explicar a los niños que no son un juguete, sino un objeto que les protege y cuida sus ojos, que deben ponérselas siempre y ni con ellas puestas pueden mirar directamente al sol. La colaboración del óptico puede ser esencial, ya que es el más indicado para recomendar las más adecuadas para las actividades del niño y garantizar la calidad óptima de las lentes que cumplan todos los parámetros de seguridad imprescindibles.

Las gafas de sol están reguladas por una directiva europea que los fabricantes deben respetar. Mira la etiqueta antes de elegirla y opta por la que incluya:

-el cumplimiento con la normativa europea (CE)

-el nombre del fabricante

-el índice del filtro solar que oscila de 0 a 4 en función de la intensidad de absorción de luz e independientemente del color. El más indicado en la playa es el 3; para una luminosidad media llegaría con el 1; y, en función de sus propiedades, serán válidas o no para conducir de noche.

-el factor de protección ultravioleta

Acude a tu óptica donde el óptico-optometrista te ayudará a elegir adecuadamente tu gafa de sol. A nivel de salud visual se recomienda comprarla en locales especializados, pues el uso de lentes de baja calidad provoca mareos, dolor de cabeza, daños oculares, dilatación de la pupila, diplopia, etc... Ante cualquier problema, consulta a un especialista y ¡cambia de gafas!