La Comisión Europea evitó ayer pronunciarse sobre el uso del burkini -un bañador que cubre todo el cuerpo y el cabello y que ha sido prohibido en diferentes localidades de Francia- y asegura que la Unión Europea no tiene competencia para legislar sobre esta materia, por lo que corresponde a cada Estado miembro determinar cómo desean regular la vida en común en cada uno de los países del bloque comunitario.

"La UE no tiene competencia para legislar esta materia. Corresponde a cada Estado miembro determinar, sujeto a la supervisión de tribunales nacionales y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, cómo regular la vida en común en sus países", indicó el portavoz Alexander Winterstein.

El primer ministro francés, Manuel Valls, defendió su prohibición al ser "símbolo de la esclavitud de las mujeres". Por otro lado, defensoras de la prenda se manifestaron frente a la embajada francesa en Londres.