Presumen de llevar a cabo su propia I+D (investigación y desarrollo), lo que no sólo supone abaratar costes en su trabajo diario sino ser pioneros a la hora de examinar productos para los que todavía no hay nada el mercado que permita realizar las pruebas de calidad y seguridad que marca la ley. Desde el Laboratorio de Consumo de Galicia reconocen que la llegada al centro de una impresora 3D en 2015 y la reciente incorporación del escáner -también en tres dimensiones- ha revolucionado su manera de trabajar y les abre multitud de opciones.

Solo para comprobar, por ejemplo, que el tamaño de ciertas piezas se ajuste a la normativa, estos laboratorios deberían contar con infinidad de moldes. Es el caso de algunas galgas que el centro tiene para garantizar que la pinza que prende el chupete a la ropa es de un tamaño adecuado. "Cada uno de estos moldes -en este caso un cuadrado metálico con un hueco de diferentes tamaños en el interior- es muy caro. Ahora los hacemos con la impresora 3D y se abaratan muchos los costes", explica la directora del centro, Natalia Crespo, quien pone otro ejemplo de cómo esta máquina les permite ser pioneros en muchos ámbitos. "Este año recibimos muchas quejas de bolsas de agua caliente que se rompían. Para comprobar su resistencia necesitábamos unas planchas para simular la presión que recibiría la bolsa y no los había. Nosotros creamos nuestros propios moldes con la impresora y eso hace que hoy en día sólo nosotros estemos analizando este producto", indica Crespo.

Desde el laboratorio reconocen eso sí, que adaptarse a los nuevos aparatos lleva un tiempo. "Hay que aprender a manejarlos, pero una vez que se sabe son muy útiles para nuestro trabajo diario", indica Crespo, quien reconoce que en una época en donde debido a la crisis los presupuestos están cada vez más ajustados, esta tecnología permite abaratar costes. "El material con el que se imprimen las piezas viene en unas bobinas que cuestan 20 euros y de las que salen varios moldes", sostiene.

El objetivo de los trabajadores del laboratorio siempre es intentar mejorar su labor. Por ello, también colaboran con la Universidade da Coruña en varios proyectos -además de ser un lugar de prácticas para estudiantes de Ciencias que el día de mañana quieren trabajar en un laboratorio- y trabajan junto a otros centros del mundo. "Cada año promueve la realización de ejercicios y ensayos de intercomparación en el área textil con laboratorios de todo el mundo para evaluar la calidad de los resultados que proporciona", indica la Xunta.