Las chicas son las víctimas del 70% de los casos de ciberacoso, un porcentaje diferente al del acoso escolar en general, donde los afectados están más equilibrados por sexos, y el hostigamiento de los jóvenes que sufren ciberbullying es diario. Son algunas de las principales conclusiones del Estudio sobre ciberbullying según los afectados, realizado por las fundaciones ANAR (Ayuda a niños y adolescentes en riesgo) y Mutua Madrileña, y en el que se destaca que el acoso escolar a través de las redes sociales representa ya uno de cada cuatro casos. El documento realiza una radiografía de este problema en España basándose en los testimonios de las víctimas y sus familias al teléfono de ANAR (900 20 20 10).

"Se meten con él, le esperan a la salida para reírse de él, suben fotos a las redes sociales como Instagram o las mandan por WhatsApp, le echan fotos sin que se dé cuenta en clase (...) y amenaza con subir más fotos burlándose de él".

Es el testimonio de la madre de un chico de 13 años que está incluido en este estudio, que recoge 550 casos escogidos de forma aleatoria sobre un total de 1.363 casos de ciberacoso. En los últimos tres años ANAR ha atendido más de un millón de llamadas y, de ellas, 60.408 fueron relacionadas con acoso escolar. "Esta gran base de datos nos ha permitido estudiar el problema desde dentro, desde el punto de vista de aquellos que lo sufren" y el número de llamadas atendidas "da una idea de la gravedad del problema, que sigue en ascenso", señaló Benjamín Ballesteros, director de Programas de la fundación.

En Galicia, la Consellería de Educación puso en marcha en 2013 un Protocolo para la prevención, detección e intervención en acoso y ciberacoso, un documento que convirtió a la comunidad en la primera en recoger ambos problemas en un protocolo que recoge los pasos a dar en estas situaciones y las estrategias de prevención. Los ciberacosadores pertenecen en la mayoría de las ocasiones al mismo centro que la víctima y actúan en grupo (entre 2 y 5 personas) del mismo sexo que la víctima.

Suelen ser adolescentes y "les mueve la agresividad o la venganza", según esta investigación, que explica que las víctimas de ciberacoso sólo piden ayuda a los adultos cuando su situación se prolonga más allá de un curso escolar.

La edad media de inicio del ciberacoso es de 13,6 años, superior a la del acoso escolar en general (11,6 años) y la agresión más habitual es el insulto (81%), aunque también amenazas (37%) y difusión de rumores (11%). El teléfono móvil es la herramienta más habitual para acosar y el WhatsApp la aplicación más utilizada (81% de los afectados).

La agresión "pasa factura a quienes la padecen" y el 92% de las víctimas sufre secuelas como ansiedad, tristeza, soledad y baja autoestima.