El inicio del otoño puede pasar factura al estado de ánimo. El cambio de estación viene acompañado, para algunas personas, de problemas a la hora de dormir, sensación de cansancio y debilidad, apatía o irritabilidad. Son quienes sufren la bautizada como astenia otoñal, un fenómeno al que los médicos restan importancia al asegurar que se trata simplemente de un periodo de "adaptación" que forma parte de los "ritmos biológicos" del ser humano y cuya duración "no suele exceder las tres semanas". "No se trata de una enfermedad ni de un síndrome, simplemente es que el ser humano precisa de un tiempo de adaptación a los cambios que se producen al llegar el otoño. Ocurre lo mismo en primavera aunque en esa época la frecuencia y la intensidad de la astenia es más elevada", indica el jefe del Servicio de Psiquiatría del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Manuel Serrano.

El descenso de las horas de luz, el cambio de temperatura y el retorno a las rutinas están detrás de esa apatía y cansancio generalizado que sufren algunas personas al llegar el otoño. La luz solar es clave para la producción de melatonina, una hormona que influye en el sueño, la energía o la sensación de hambre, entre otros aspectos. A menos horas de sol, mayor producción de melatonina. "A medida que aumenta esta hormona, baja la serotonina considerada la 'hormona del humor' y esto hace que baje el estado de ánimo, disminuya la energía, aparezca cierta apatía...", explica el doctor Serrano, quien reconoce que a la aparición de esta sintomatología también contribuye "el descenso de temperatura y el cambio verano-otoño que supone también pasar de un estado de vacaciones al trabajo o la rutina".

Pese a no existir datos oficiales sobre la incidencia de la astenia otoñal, los expertos aseguran que es más infrecuente que la primaveral y resaltan que los síntomas desaparecen de forma rápida. "No es que durante todo el otoño o invierno estos pacientes presenten estos síntomas, se trata de unos días o unas semanas como mucho tres, el tiempo que dure el proceso adaptativo", indica el jefe de Psiquiatría del Chuac, quien reconoce que la aparición de cuadros subdepresivos o apatía es más frecuente en países o zonas con menos horas de luz. "Por ejemplo en el caso de los países nórdicos o si lo trasladamos a España, en el norte serían más frecuentes estos casos", indica.

Eso sí, no todo el mundo se ve afectado anímicamente por la llegada del otoño. "Hay personas con una forma de ser más animada y que pese a poder sentir alguno de estos síntomas, no le dan importancia mientras que otras sí notan el cambio. Normalmente, la astenia otoñal es más habitual en pacientes que ya se mueven en cierta apatía o cansancio el resto del año al sufrir fatiga crónica o fibromialgia, por ejemplo", resalta Serrano.

Los síntomas -desde debilidad y mal humor hasta falta de sueño, dificultad para concentrarse o incluso pérdida de deseo sexual- pueden mejorarse con una dieta adecuada y buenos hábitos de vida. "Es aconsejable consumir alimentos que contienen triptófanos y vitamina A", indica el psiquiatra Manuel Serrano. Los triptófanos son un aminoácido que eleva la cantidad de serotonina -la llamada hormona del humor- y que actúa como un antidepresivo. Está presente en nueces, huevos, queso, leche, pescado y carne de pavo o pollo y el tofu, entre otros. "Además conviene en cada estación consumir los alimentos de temporada porque la naturaleza es sabia", indica Serrano. De este modo se consumen los nutrientes necesarios para cada época del año. En el caso del otoño es la temporada de los cítricos, verduras como coles de bruselas y coliflor, hortalizas como berenjenas y calabaza o frutas como el membrillo, las uvas o la granada, entre otros.

A todo ello hay que sumar "llevar una vida tranquila, hacer ejercicio y salir a la calle", indica Serrano, quien resalta la importancia de no recluirse en casa aunque los días sean más cortos. Este psiquiatra coruñés también destaca la necesidad de dormir adecuadamente. "Es importante dormir bien porque parte de la irritabilidad que se siente en esta época viene de eso", sostiene.

La astenia otoñal tiene una versión más intensa al llegar la primavera. "La astenia primaveral es más frecuente y se produce igual que en esta época por los cambios, hay más horas de luz, se realizan más actividades, etc...", indica Serrano. Al igual que en el otoño el ser humano sufre cambios en la producción de endorfinas, serotonina, melatonina, lo que provoca una sensación de decaimiento físico, falta de concentración, somnolencia o incluso dolor de cabeza. "Esto se suma a que es una época en la que se realizan más actividades y disminuye la energía", sostiene Serrano, quien asegura que ambas forman parte de los procesos de adaptación que debe pasar el ser humano.