El 64 Festival de cine de San Sebastián premió ayer con la Concha de Oro a I'm not Madame Bovary, una fábula oriental con una fuerte carga crítica contra la Administración pública china que no pasó la censura de su país. Su director, Xiaogang Feng, que recogió el premio de manos del presidente del Jurado de la sección Oficial Bille August, aseguró que aunque tuvo muchas dudas cuando quiso hacer esta película, y mucha gente se puso en su contra, "hoy el Festival de San Sebastián me ha dado la razón".

"El Festival me ha dado la respuesta, porque me han premiado hacer algo valiente en mi vida", dijo, y añadió que recibir la Concha de Oro fue "hacer realidad un sueño". "Tengo sesenta años y 60 películas, mucha experiencia a mis espaldas; experiencias que han dado lugar a costumbres buenas y malas, y algunas veces me han metido en una jaula y no me han dejado expresarme libremente", denunció.

Este director chino quiso enfrentarse a la realización de esta película de esa manera, libre de todo, como si fuera un debutante, quería acercarse a ella como "un director novel, hacer algo valiente, algo que no hubiese hecho antes". "Sabía que era arriesgado y encontré muchas opiniones en contra, pero decidí de forma terca perseverar y hasta hoy, no he sabido si lo que hice fue correcto", agregó.

Xiaogang Feng se acordó del guionista y del productor de la película, a quien agradeció que, a pesar de todas las dificultades, confiara en él e invitó a ambos a subir al escenario del Kursaal, donde se entregaron los premios, para recogerlo con él.

Im not Madame Bovary narra la obcecación de una mujer que durante diez años toca la puerta de los distintos departamentos de la Administración china para anular el divorcio ficticio que acordó con su marido y que él aprovechó para casarse con otra mujer. El incidente provoca en Li Xuelian, papel que interpreta Fan Bingbing -una de las actrices más famosas de su país que es considerada como la Julia Roberts china-, una indignación que le enfrenta con la anquilosada Administración, en la que los funcionarios tratan de escurrir el bulto.

Pequeñas corruptelas a cambio de favores o el nepotismo más rampante son monedas de cambio habituales en la narración de esta película con aires de proverbio chino que acude, en buena parte de su metraje, al formato redondo, que recuerda al arte tradicional chino que se realizaba en lienzos de esta forma en lugar de los cuadrados. Una ficción con un fuerte vínculo real, que provocó que la película, que se llevó cinco años de la vida de Feng, no cuente aún con el permiso de exhibición del Gobierno chino.

Otros galardones

I am not Madame Bovary fue la gran triunfadora de esta edición del Festival de San Sebastián pues a la Concha de Oro sumó la Concha de Plata a la Mejor Actriz, que recibió Fan Binbing, que es la segunda actriz china con este reconocimiento en la historia del festival.

Otro de los galardones más llamativos de la noche fue el de Eduard Fernández, que dio vida al espía Francisco Paesa en el filme El hombre de las mil caras, de Alberto Rodríguez. De esta forma, se suma a larga lista de intérpretes masculinos españoles que han recibido este galardón: en las últimas 12 ediciones han sido siete. Asimismo, el cine español tuvo otro reconocimiento con el Premio Especial del Jurado al Mejor Guión, que recibieron Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen por su trabajo en Que Dios nos perdone.

Durante la ceremonia de clausura de esta edición del Zinemaldia también se hizo entrega de la Concha de Plata al Mejor Director, que recogió el coreano Hong Sang-soo, por Yourself and yours.

Mientras, el Premio del Jurado a la Mejor Fotografía fue para Ramiro Civita, por El Invierno. Además, el jurado entregó un galardón especial ex aequo para El invierno, de Emiliano Torres, y Jätten, de Johannes Nyholm.