Las siete diferencias. Dos bodas. En adelante, y a efectos prácticos, las denominaremos Boda 1 y Boda 2. Puntos en común: enlaces tras larga convivencia, exclusivas, topos y ausencias familiares. ¿Las siete diferencias? En la Boda 2, el vestido de la novia era más de ir por casa, menos exclusivo, más accesible, más del pueblo. Como el de la princesa del ídem. El árbol genealógico, más de lo mismo. Y los invitados, ahí ahí. Estaban, para dar continuidad, las Camposhian y media Mediaset, valga la cacofonía. Hubo reportajes y adelanto de edición, pero a dos velocidades, en dos niveles, en dos ligas diferentes, con dos tarifas diferenciadas, puede que con gramajes distintos de cuché. Y sin embargo se pongan como se pongan, la Boda 1 no tuvo lo que la Boda 2: la colaboración especial de María José Cantudo en persona llevando no una ni dos, sino cuatro docenas de huevos a las clarisas. Cantudo no es amiga de los contrayentes, ni había recibido el tarjetón. Pero ella es muy de tradiciones. Y muy de huevos. Tras un tiempo alejada de la farándula reapareció hace unos meses con la excusa de comerse unos estrellados. A pesar de todo, Rociíto se libró del chaparrón. De agua. El de la peluquera le alcanzó de lleno.

El subastador. Los subastadores valoran artículos, y organizan y dirigen subastas. Los profanos les identificarán fácilmente por la maza, el martillito, en la mano. Quizá no habían reparado lo suficiente en esta figura. Que bien podría equipararse al confidente, al confesor. Éste, al menos. El subastador de las estrellas, el subastador del barón. Dejen de lado por un momento elmercado del arte. Incluso las colecciones del aristócrata: cuadros y esposas. Céntrense en perlas como éstas: "Villa Favorita parecía una torre de Babel con un elenco sacado de La Familia Monster", "Tita era una leona, una gata bien grande. Nació sin dinero pero no si ambición". Aunque también, en honor a la verdad, "Tita Cervera trajo mucha alegría a la vida de Thyssen-Bornemisza". ¡Adjudicado!

De soltero. Él no podía disfrazarse de bombero, de Torrente, de salchipapa o miembro viril, como todos. Incluso, haciendo alarde de humor negro familiar, de exalcalde marbellí. No. Él, que a un cumpleaños lleva leones tenía que ser más original. El afamado Dj, hijo de la afamada tonadillera, ha cumplido con el ritual previo a la boda. ¿Y qué atavío diría que eligió ese bendito padre de familia? Uno casero de Tejero, con tricornio de papel maché y bigotón de pega. Los cronistas habían apostado por el look de Pokémon, tan de moda. Y él, para dejarlos chafados cambió el amarillo pollo por el verde benemérito. Mucho mejor, dónde va a parar. Para partirse de la risa, vamos.

El karma. Dice Anita que es la única ex de Lequio que trabaja y se gana la vida (sic). Puede que la única bióloga-actriz-presentadora, aunque es difícil de decir, habría que repasar la lista con detalle e infinita paciencia. Pudiera ser tan larga como la del orden sucesorio. Faltaba por terciar Alba Carrillo, que se ha convertido en polemista de cámara, en la madre de todas las polémicas. Ríanse ustedes de Marhuendas, Willys, Ristos o Milas. O el noble Cayetano. Hablando de aristócratas, Mar, la modelo, calla porque ahora calla siempre, en plan elegante, no como antes. Y no hace leña del árbol caído, no devuelve la pulla, ni apela a la justicia kármica. Como Jennifer Aniston.

Adivinación. ¡Por el poder de Aramís! Sospecho que a medida que la doña pierde facultades clarividentes -y adquiere otras capacidades, eso sí- las gano yo. Y eso me inquieta, me atormenta y me perturba, desde luego. Porque fue acordarme de Raquel Mosquera y reaparecer ella echando fuego por su boca de perfilado permanente. Fue tirar del hilo cronológico de la ex del conde ítalo y resurgir Sonia Moldes como de la nada. Y, a poco toparnos con Malena, otra ex del abogado barbudo y polémico que creo que anda aún en el exilio. La mujer, tras un tiempo en el ostracismo mediático, posa ni más ni menos que arrimándose a José Fernando, en plan somos muy amigos, yo le apoyo en todo, quién no ha tenido un pasado rebelde y cosas de este estilo. Michu debe de andar tirándose de los pelos. Y papá Ortega Cano, que no gana para disgustos. También adiviné que Kiko Matamoros y Makoke pasarían la luna de miel tras su boda en su paraíso particular, el cortijo de JorgeJa donde tan bien se le crían los topos, y así ha sido. Claro que eso lo habría acertado hasta Sandro Rey, a quien el gremio de los pitonisos parece no perdonarle sus quince minutos de fama televisiva. O la bruja Lola, que lo mismo.