Utilizar la gastronomía, la arquitectura o la historia de las localidades que atraviesan el Camino de Santiago como hilo conductor para unir a dos generaciones -mayores con principio de alzhéimer y niños que van a cumplir dos años- con el fin de estimular las capacidades cognitivas, físicas y emocionales de ambos colectivos y favorecer el vínculo entre ellos. Este es el objetivo de Camiño pola memoria, un programa que desarrolla la Asociación de Familiares de Personas con Alzhéimer de A Coruña (Afaco) junto a la Escuela Infantil Municipal de Os Rosales y que permitirá a pequeños y mayores recorrer de forma virtual todas las etapas del Camino desde Roncesvalles durante los próximos dos años.

El proyecto cuenta con dos partes: el verdadero camino que recorrerán peregrinos reales y que tantos niños como mayores podrán seguir vía internet y las actividades sobre cada etapa que ambos colectivos desarrollarán en sus respectivos centros. "Cada semana se trabajará sobre una etapa en concreto y se conocerán las diferentes comidas, fiestas o monumentos de cada zona", explica la coordinadora del programa en Afaco, Nerea Rey. La misma dinámica, pero adaptada a niños que aún no tienen dos años, se seguirá en Os Rosales. "Cuando toque Pamplona, por ejemplo, conoceremos su gastronomía mediante la elaboración de un pincho con comida típica -que harán entre los niños y la cocinera- o celebraremos la fiesta de San Fermín y los niños vendrán ataviados con la ropa tradicional", explica la profesora que coordina el programa, Mónica Pulleiro.

Unas actividades que se pondrán en común tanto con visitas en persona -ayer mismo los 14 mayores que participan en el programa visitaron a los pequeños en la escuela, en un acto en el que se intercambiaron bastones de peregrino y credenciales- o a través de internet. "Un ejemplo sería que a través de Skype, los mayores canten una canción típica de una zona a los niños mientras interactúan con ellos", indica Pulleiro.

Toda una serie de actividades que se reforzarán con la ayuda de decenas de peregrinos reales que participarán en el programa. "Hemos creado una mascota, que se llama Peregrillo, y que estará en todos los albergues. Gracias a la colaboración de la red de albergues, sus responsables entregarán a Peregrillo a algunos peregrinos para que en cada etapa se saquen fotos con él en monumentos o zonas relevantes de cada localidad", indica Nerea Rey, quien explica que estas instantáneas se podrán seguir en el blog del proyecto y permitirá "enriquecer el trabajo que hacemos en el centro".

Trabajar en diferentes materias y sobre todo interactuar con personas de otra generación hacen que este programa, según sus responsables, solo tenga beneficios para ambos colectivos. "Para los mayores estas actividades con niños permite evitar el aislamiento, mejora sus capacidades cognitivas, les hace sentirse útiles y más motivados...", indican desde Afaco. Lo mismo ocurre con los pequeños. "Es positivo que empaticen con personas mayores porque ahora los abuelos son muy jóvenes, que aprendan que hay otros compañeros de juegos, establecer vínculos...", indica Pulleiro, quien también ve ventajas para las familias: "Es un modo de sensibilizar sobre esta enfermedad".

Camiño pola memoria llega tras la experiencia piloto de Tengo algo que contarte, un programa que se desarrolló entre 2013 y 2015 y en donde mayores con inicio de alzhéimer también trabajaban en común con niños de Os Rosales a los que enviaban postales, leían cartas o con los que incluso compartían alguna excursión.