Aprender a convivir con la enfermedad cuando el pronóstico de vida es limitado no es fácil para el paciente, que en muchos casos es plenamente consciente de que su tiempo se acaba, y tampoco para sus familiares, casi siempre desbordados por la situación. Conscientes de esta realidad, Cruz Roja y la Obra Social La Caixa desarrollan en A Coruña un Programa para la atención integral a personas con enfermedades avanzadas, una iniciativa cuya finalidad es acompañar a unos y otros, ayudándoles a gestionar sus inquietudes, sus temores y sus estados de ánimo. Tenderles una mano, en definitiva, para sobrellevar esa última etapa, que se puede prolongar semanas, meses e, incluso, años.

Un total de 896 usuarios del área sanitaria coruñesa han sido atendidos por el equipo del programa, formado por tres psicólogos clínicos y seis voluntarios de Cruz Roja, desde su puesta en marcha, en julio del año pasado. De ellos, 320 eran pacientes, el 63% mujeres y el 37% restante hombres, con una edad media de 63 años. La mayoría enfermos oncológicos, aunque "también hay casos de pacientes con insuficiencias cardiorespiratorias, enfermedades degenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o demencias, entre otras dolencias", explica Sabela Maceda, psicóloga clínica del programa, quien apunta que el equipo de Cruz Roja también ha apoyado ya a un total de 576 familiares y a 39 personas en situación de duelo. "Nos llegan derivados de los servicios médicos, y nuestra intervención se desarrolla en diversas áreas, siempre con el objetivo de proporcionarles una atención integral y personalizada", señala Maceda. "Ofrecemos apoyo emocional, social e incluso espiritual tanto a los enfermos como a sus familiares. Y también proporcionamos atención y soporte psicosocial a las personas en situación de duelo tras el fallecimiento del familiar", añade.

Mejorar las posibles sensaciones de angustia o culpa, o las dificultades que puedan surgir en la comunicación, son algunas de las cuestiones que más demandan los usuarios del programa al equipo de Cruz Roja. "En situaciones extremas todo se exacerba, especialmente cuando hay conflictos previos en la familia, de ahí que sea tan importante contar con un apoyo psicosocial que ayude a normalizar la situación pues, por desgracia, todavía hay un gran tabú en torno a la muerte", subraya esta psicóloga, quien especifica que las intervenciones y acompañamientos se llevan a cabo tanto en la sede de Cruz Roja como en los domicilios de los propios pacientes, e incluso en varios centros hospitalarios de A Coruña. Y es que el programa incluye, también, actuaciones de soporte al personal sanitario que atiende a enfermos. "Acompañamos a estos profesionales en la asistencia de los casos que puedan implicar un mayor impacto emocional, y también les ofrecemos la posibilidad de recibir conocimientos relacionados con la gestión del estrés o la comunicación en situaciones de duelo", explica Sabela Maceda.

Los tres miembros del equipo técnico que desarrolla el programa en A Coruña están formados en cuidados paliativos siguiendo las directrices del Instituto Catalán de Oncología (ICO), que es responsable de la dirección científica del proyecto. Los voluntarios reciben, a su vez, dos formaciones al año por parte de los psicólogos clínicos del equipo. Los resultados del programa -que cuenta con el aval de la OMS- son evaluados periódicamente por el ICO, con el objetivo de "divulgarlos y de crear un precedente en el ámbito científico".