Galicia envejece y sus donantes de órganos lo hacen también. En 1996 su media de edad era de 42,7 años. Veinte años más tarde, en 2015, fue de 61,6, casi 19 años de diferencia, prácticamente los mismos que separan uno y otro punto en el tiempo. El dato "refleja", según la Consellería de Sanidade, la realidad poblacional de la comunidad gallega, donde el porcentaje de habitantes mayores de 65 años es del 24% -más de cinco puntos por encima que la media estatal-, y casi se duplica en las provincias interiores.

Además, fuentes del departamento dirigido por Jesús Vázquez Almuiña también se felicitan de que una de las causas de que se incrementase la edad de los donantes es que ha disminuido la mortalidad por accidentes de tráfico, sobre todo de gente joven. La Memoria del año pasado de la Oficina de Coordinación de Transplantes del Sergas es muy clara: hace años el perfil de un donante de órganos era una persona joven que sufría un accidente de tráfico mientras que ahora es una persona de 65 años que fallece por un accidente cerebrovascular. En concreto, en 2015 el accidente cerebrovascular fue la causa más frecuente de los fallecimientos de los donantes -en tres de cada cuatro casos-, y "solo" un 3,7% por traumatismo craneoencefálico secundario a un accidente de tráfico.

La Consellería de Sanidade subraya cómo el sistema tuvo la suficiente "plasticidad" para adaptarse a la circunstancia del cambio de edades con "excelentes resultados", sin que eso afecte a los trasplantes realizados. Así, explican desde la Consellería, la edad afecta "poco" al trasplante cardíaco y al pulmonar, "nada" en el caso del trasplante hepático, y en el caso del riñón se busca, apuntan, que las edades de donante y receptor sean similares, por lo que se inició un programa de donante vivo, para que no haya tanta diferencia entre ambos. El año pasado se hicieron 37 trasplantes de este tipo, más del doble que en 2008, y el objetivo para el próximo año es elevar esa cifra.

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Rafael Matesanz, director de la Oficina Nacional de Trasplantes, explicó a este diario que en España predominan trasplantes de "donantes muy envejecidos para receptores muy envejecidos". En el país los datos de 2015 van en la línea de los gallegos: más de la mitad de los donantes supera los 60 años. El 53,3% tiene más de sesenta años, casi la tercera parte tiene más de 70 y el 10% más de 80. En Galicia el 78% tiene más de 50 años y una cuarta parte, más de 75.

El año pasado hubo en Galicia 109 donantes de órganos, lo que representa una tasa por millón de población de 39,9 -el récord desde que hay registros, en 1996-, superior a la española, de 39,7, y "muy superior" a la media de Europa de 2013, de 18,5%. El porcentaje de donantes en los que al final se trasplantaron al menos dos órganos fue de un 62,4%.

La Oficina de Coordinación de Transplantes, -que resume 2015 en 168 trasplantes renales, 94 de hígado, 25 de corazón, 4 de páncreas y 47 de pulmón, además de los relacionados con tejidos- señala en su informe, un año más, que uno de los elementos que "más condicionó" la tasa de donantes en la comunidad gallega fue el porcentaje de negativas familiares, tradicionalmente muy por encima de la media española. Sin embargo, en 2015 la tasa fue de un 22,7%, lo que supone una caída del 29% con respecto al 31,9% de 1996.

Si bien el dato, dice la Consellería de Sanidade, "es mejor que otros años", obliga a la Administración a seguir sensibilizando a la población de la "importancia de mantener" un sistema de donación. Con todo, la mejor forma de eliminar esa reticencia familiar, el carné de donante, no deja de aumentar año tras año. El ejercicio pasado un total de 3.061 gallegos más se apuntaron y ya superan los cien mil.