Probablemente durante el verano te "has dejado llevar" por las tentaciones gastronómicas que se han puesto a tu alcance. Y has hecho muy bien? pero ha llegado el momento de recuperar tu figura y hacerlo de manera saludable. No tienes que someterte a una dieta "salvaje" sin control médico ni renunciar a todo lo que te apetezca ni obsesionarte y realizar dietas sin control que únicamente te provocarán nuevos problemas de salud. Si el aumento de peso te preocupa, habla con tu médico y consúltale tus opciones personales. Sigue sus consejos y modifica tus hábitos nocivos: alcanzarás tus objetivos de una manera saludable.

El aumento de peso es un problema que nos preocupa siempre, en todo momento. Cuando nos sentimos mal (como al acabar las vacaciones y volver a la rutina) se recrudece porque nos hacemos más exigentes, magnificamos nuestros defectos y nos "queremos menos". Acude al médico y sigue sus indicaciones para sentirte bien.

Cuidado especial deben tener quienes padecen problemas concretos como la diabetes, la celiaquía, la hipercolesterolemia o problemas cardiovasculares, que precisan un control mucho más estricto de su dieta habitual. De manera general, se consideran medidas eficaces:

-Incluir alimentos poco calóricos (verduras, frutas, pescados y carnes magras, especialmente) elaborados de manera novedosa y más atractiva para evitar la sensación de que estás a dieta

-Utilizar alimentos depurativos como las hortalizas que ayudan a evitar o reducir las molestias digestivas (pesadez, flatulencia, acidez, etc...)

-No picar entre horas

-El día anterior y posterior a una "comida especial programada" preparar un menú frugal y aprovechar las ventajas de las infusiones de plantas digestivas y depurativas bajo control médico

-No abusar de la comida rápida, embutidos, patés, quesos, salsas calóricas, etc...

-Optar por los refrescos light, aunque lo mejor es beber agua

-No saltarse el desayuno. Si tienes sensación de empacho, puedes optar por una ingesta más suave pero nunca puedes eliminarlo. Te ayudará a reponer las fuerzas y evitará que llegues a la comida y devores todo lo que encuentres en la mesa

-Realiza una comida ligera combinando alimentos bajos en calorías (hortalizas, verduras, frutas o pescados) elaborados de manera sencilla

-Utilizar alimentos depurativos que estimulan el hígado, los riñones y el intestino. Los que tonifican el hígado son los vegetales de sabor amargo (escarola, endibias, alcachofa, cardo, berenjena, infusiones de diente de león y cardo mariano). Apio, espárragos, borraja, manzana o pera activan la acción depurativa del riñón

-Incluir alimentos ricos en fibra que te ayudarán a evacuar y a aliviar el vientre hinchado. Una fruta en compota, ciruelas pasas, un yogur con salvado, beber agua, las infusiones con efecto laxante, etc... resultan eficaces a este nivel

-Consumir yogur natural porque favorece la digestión

-Comer una ensalada de entrante, pues los alimentos crudos son ricos en enzimas, que ayudan al organismo a realizar una mejor digestión. Añadir germinados (brotes de soja, alfalfa, trigo o cebada), pues contienen enzimas que reducen la formación de gases

-Existen en el mercado una gran variedad de productos con una o varias plantas medicinales asociados o no con vitaminas y minerales. Destacaría: glucomanano y plantago (saciantes y/o reductoras de la absorción que deben acompañarse con una gran cantidad de agua), fucus (se utiliza en estados de fatiga y astenia y como coadyuvante en dietas de control de peso porque reduce el apetito y tiene efecto laxante), té verde o alcachofa, entre otros. Se debería utilizar el producto más adecuado a cada caso, pues así se optimizaría el resultado. Consulta a tu médico y evita la automedicación porque también presentan efectos secundarios indeseables, aunque te parezcan "naturales" e inofensivos.

También es importante caminar una hora al día como mínimo, porque te ayuda a mejorar la digestión y a que la grasa no se acumule en tu organismo. Si tu tiempo es limitado, puedes repartir el ejercicio en dos períodos de media hora, por la mañana y por la tarde.

De manera preventiva, si tienes una comida o una cena planificada con anterioridad, puedes prepararte para los excesos que vas a cometer elaborando un menú adecuado el día anterior. Incluye té verde, yogur, apio, manzana, etc. Al día siguiente, puedes utilizar piña, papaya, manzana, té verde, alcachofas, espárragos, etc. para evitar el acúmulo de grasa. No olvides las propiedades de las infusiones de manzanilla o regaliz que resultan muy digestivas. Consúmelas sin azúcar.