El escritor, dramaturgo, actor, intelectual poliédrico, maestro de la sátira y Premio Nobel de Literatura 1997, Dario Fo, falleció ayer a los 90 años en Milán, donde hace unos días ingresó por problemas pulmonares. La capilla ardiente será instalada en el Piccolo teatro Strehler de Milán desde el medio día de hoy hasta medianoche y mañana volverá a abrir sus puertas a primera hora de la mañana para permitir a intelectuales, políticos, amantes de la literatura y del teatro darle su despedida, hasta el momento en el que su cuerpo sea trasladado a la plaza milanesa del Duomo, donde tendrá lugar una ceremonia laica.

Italia está de luto por la muerte de una de las figuras más relevantes a nivel mundial de la dramaturgia de las últimas décadas. Fo, el juglar de la literatura italiana y azote satírico de la política y de la religión, deja en herencia un centenar de libros y obras teatrales, como la inolvidable Mistero Buffo (1969), uno de sus tesoros más aplaudidos a nivel internacional. A esta hay que añadir las obras de teatro Muerte accidental de un anarquista, Non si paga, non si paga!, o el volumen Hay un rey loco en Dinamarca.

Los citados títulos son solo algunos de sus trabajos que sobrevivirán al paso del tiempo, pero tras su muerte Fo deja muchos más y es que, a pesar de su avanzada edad, no dejó nunca de escribir. Precisamente, el pasado septiembre publicó un volumen sobre la figura del científico Charles Robert Darwin, Darwin, ¿somos monos por parte de padre o de madre?, que contenía preguntas sobre el origen de la vida y estaba ilustrado con sus dibujos. Y meses antes, en marzo, publicó Darío y Dios, en el que dialogaba con la periodista Giuseppina Manin y se interrogaba sobre la religión y la espiritualidad desde un punto de vista irónico y satírico, características que siempre han definido sus obras.

Además de sus obras disponibles en librerías en todo el mundo, Fo regalará a los apasionados de la literatura un libro póstumo que será publicado a finales de año y que está dedicado a la que ha definido como la "reina imposible", Cristina de Suecia, según anunció la casa editorial Guanda.

Reconocido dramaturgo y extraordinario escritor y actor, fue también un apasionado de la pintura y de la arquitectura. Fue pura dinamita: inconformista, polémico, crítico, bromista, activista, algo impertinente en ocasiones, con profundas convicciones políticas y un referente de la política italiana de izquierdas. Fue un maestro del sarcasmo, un excelente mimo y un actor polifacético, capaz de interpretar él solo multitud de personajes.

Nació el 24 de marzo de 1926 en el pequeño municipio de Sangiano, provincia de Varese (norte de Italia), y estudió pintura y arquitectura, aunque pronto decidió dar sus primeros pasos en el mundo del teatro, un ámbito en el que desarrolló su faceta más admirada y que le valió el premio Nobel de Literatura.

Como dramaturgo, sacudió sin compasión la política italiana y la religión a base de ironía y socarronería, lo que en ocasiones le supuso sufrir la censura y protagonizar grandes polémicas con el Vaticano.

Desencantado de la política, en los últimos años había mostrado su apoyo y simpatía al Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo que consideraba adalid de la esperanza, tras el Gobierno de Silvio Berlusconi, con quien fue especialmente duro y a quien no dudó en ridiculizar en diversas espectáculos y monólogos.

Dramaturgos y actores de teatro españoles lamentaron ayer la muerte de Fo, al que calificaron como "el clásico bufón molesto" y el "comediante nato y completo". Para el dramaturgo Albert Boadella , el italiano era un hombre que "entendía que el teatro era una magnífica herramienta de acción política", algo que no es "habitual" entre los artistas. Beatriz Carvajal resaltó que Fo escribió "cosas con un talento impresionante" y resaltó que "revolucionó mucho el teatro del mundo". Por su parte, la también actriz Concha Velasco aseguró que Dario Fo era "un escritor estupendo".