Tras más de diez años en el Programa de Ana Rosa, Màxim Huerta decidió cambiar de aires, coger la maleta y recorrer los escenarios cinematográficos del mundo sin dejar de estar pendiente de la actualidad, de la que dice que en la televisión "el show que había en el corazón está ahora en las tertulias políticas". Huerta, que comenzó su carrera profesional periodística en los informativos de Canal 9, opina en una entrevista con Efe que un buen periodista debe ser "poco servilista", aunque admite que este aspecto es complicado. También debe ser, a su juicio, una persona muy activa, tener ganas de contar lo que sucede y sobre todo, saber resumir. Es incapaz de escoger entre su faceta de periodista y escritor -fue Premio Primavera de Novela en 2014- pero sí cree que hay que "renovarse y cambiar los muebles de sitio" y recuerda que informar es "un abanico gigante" porque la noticia no solo está en el Congreso, sino que "lo cultural también es información".

-Después de tantos años en el Programa de Ana Rosa, ha dado el salto con su propio programa Destinos de película, en TVE, ¿es el formato en el que se ha encontrado más cómodo?

-Ha sido el programa de mi vida, he disfrutado haciéndolo, agotándome y he disfrutado luego viéndolo. Es el programa que no me cansaría de hacer, me gustaría agotar las películas y el mundo. Ha respondido muy bien de audiencia, en las redes todos son comentarios positivos, la acogida ha sido muy dinámica, la gente lo disfruta, lo comparte. Yo creo que viajar siempre es un sueño y unido a las películas ya era la boda perfecta.

-¿Habrá segunda temporada?

-Tengo la maleta preparada, la lista de películas seleccionada y las ciudades anotadas en el pasaporte, así que lo tengo todo listo para que digan ¡acción!.

-¿Por qué decidió poner punto y aparte y se embarcó en este nuevo proyecto?

-Creo que hay que renovarse, que es bueno cambiar los muebles de sitio, que es bueno sentirse nuevo y perder miedos, estrenarse. Sentir como si volvieras a salir de la universidad. Renovarse es sanísimo, la vida no es tan larga, debía hacerlo y lo hice en el momento oportuno.

-¿Echa de menos trabajar con la actualidad?

-Es que la actualidad la disfruto como periodista viendo las noticias, leyéndolas en internet y en papel y poniendo la radio. El periodista nunca muere. Aunque esté escribiendo una novela, estoy siempre pendiente de la actualidad.

-¿Se ve de corresponsal?

-¡Siempre quise ser corresponsal! He sido enviado especial en varias ocasiones en Milán, Roma, Lyon... Tengo la espinita, pero creo que en el fondo lo que escondía era las ganas de viajar y conocer otras ciudades. No cierro ninguna puerta porque nunca me planteo el futuro y nunca me pongo metas por si no las cumplo. Es bueno dejarse sorprender.

-¿Prefiere informar o entretener?

-Las dos cosas van unidas. Destinos de película es un programa que informa y entretiene, en el que te enteras de detalles de películas, de escenarios, de datos. Informar es un abanico gigante, no solamente la información está en el Congreso, lo cultural también es información.

-¿Aparecer todos los días en la pequeña pantalla, puede acabar por quemar la imagen del profesional?

-No, te quemas más sin trabajar y la gente que está sin trabajo es la que de verdad está quemada. Los profesionales que dicen que están quemados en la tele son injustos con los que no tienen trabajo.

-De un tiempo a esta parte han proliferado las tertulias en todos los medios ¿cree que hoy en día cualquiera puede ser tertuliano?

-Uy, sí. Últimamente los tertulianos hablan de todo, hablan de fútbol, de política, de arqueología, de música, del Nobel, etc. Los admiro y digo ¡qué capacidad tienen para saber de fútbol, de baloncesto y de política, tremendo! Yo creo que hay una sobresaturación de tertulias y que el show que antes había en el corazón ha pasado ahora a las tertulias políticas. No es información tanta política, es saturación.

-Haga una radiografía de la situación actual del periodismo.

-El periodismo es como un enfermo crónico que siempre se queja, y que siempre parece que está cambiando. Ese es el ejemplo claro que siempre ha estado variando, en constante movimiento y que siempre tiene que estar pegado a la actualidad y que va cambiando con el mundo. Va cambiando mucho, vamos al ritmo de la sociedad y la sociedad evoluciona mucho y ahora igual que hay trabajos de peor calidad, el periodismo también se resiente y hay periodistas trabajando por cuatro duros y en condiciones malas y se cierran medios y se explota. Pero yo creo que no es algo exclusivo del periodismo, simplemente es un reflejo de cómo están todos los sectores de la sociedad.

-¿Cómo han cambiado internet y las redes sociales el desempeño de la profesión?

-Ahora cualquier ciudadano se considera periodista por el hecho de tener un móvil y tuitear un dato. Se contrasta muy poco y ha habido grandes errores por publicar en prensa o televisión fotografías que luego eran simplemente bulos de internet. Hay demasiados focos y demasiada opinión, con lo cual ninguno tenemos opinión, vemos lo que opinan los demás, vemos el trending topic y opinamos como los demás, no construimos nuestra propia opinión, sino que nos dejamos llevar por la que estamos viendo.

-¿Qué cualidades debe tener un buen periodista?

-Ser poco servilista, que es complicado porque todo el mundo tiene jefes de una manera u otra, y estar despierto y ser una persona muy activa, ser periodista 24 horas, tener ganas de contar y saber resumir, lo importante es saber resumir.

-¿Y un buen escritor?

-Ser observador. Creo que la diferencia entre un periodista y un escritor no es tanta. De hecho la mayoría, sino casi todos los escritores, desde Hemingway a Larra y a García Márquez, todos han sido periodistas.