Exclusión social, desempleo, pobreza e incluso hambre. Esa es la foto de cómo viven los gitanos en la Unión Europea (UE), según una encuesta que publicó ayer la Agencia europea de Derechos Fundamentales (FRA). "Este informe destaca una perturbadora pero inevitable realidad: La mayor minoría étnica de la UE sigue afrontando una discriminación intolerable y un desigual acceso a servicios fundamentales", resume en el estudio Michael O'Flaherty, director de la FRA.

La realidad a la que se refiere es que el 30% de los gitanos europeos carece de agua corriente. O que uno de cada tres niños de esta etnia vive en hogares donde se pasa hambre. O que sólo el 53% de los menores recibe Educación Primaria.

Los datos, recogidos en la Segunda Encuesta de la Unión Europa sobre Minorías y Discriminación, provienen de entrevistas a casi 8.000 gitanos y acumula información sobre 33.787 miembros de esta minoría en los nueve países de la UE.

En Bulgaria, Croacia, República Checa, Grecia, Hungría, Portugal, Rumanía, Eslovaquia y España viven cinco de los seis millones de gitanos o romaníes que se estima residen en la Unión Europea. Un 80% de ellos (entre la población general es un 17) sigue viviendo bajo el nivel de riesgo de pobreza.