No se anuncian en televisión, huyen del plástico, de los sonidos estridentes y tienen un soporte más pedagógico, para que los niños aprendan con la experimentación, en lugar de darle a un botón que lo haga todo. Tras un periodo de bajón, manualidades, juguetes educativos y cuentos vuelven a ganar espacio en las cartas de los niños coruñeses a Papá Noel y los Reyes Magos, aunque construcciones y montajes de madera, marionetas, juegos de cooperación, puzzles, encajables y figuras de colección encuentran en los personajes televisivos o cinematográficos de moda, como La Patrulla Canina, Bob Esponja o los protagonistas de Frozen, y en los videojuegos y otros artículos que incorporan las últimas tecnologías, una dura competencia.

"Regalos diferentes" a todo lo que se promociona en la pequeña pantalla y se comercializa en las grandes superficies es lo que suelen buscar los clientes de El faro de los tres mundos, un proyecto de librería-juguetería que echó a andar en 2011 en Lugo, y que desde hace dos años y medio cuenta con un establecimiento, también, en A Coruña, aparte de tienda online. Situado en el número 15 de la calle Rosalía de Castro, está concebido como una especie de "museo del juguete", en el que los padres pueden encontrar todo tipo de juegos didácticos y creativos, en unidades muy limitadas, aparte de una amplia selección de libros y cuentos infantiles y juveniles. "En el mundo actual, invertir en la formación de los niños se ha convertido en una prioridad, de ahí que potenciar la comprensión lectora y el desarrollo de destrezas sea fundamental para asimilar y consolidar los conocimientos que los pequeños adquieren en la escuela", destaca Andrés Barro, socio-fundador, junto a sus hermanas, de El faro de los tres mundos. Andrés insiste en que la cultura en forma de cuentos y juguetes educativos "supone invertir en formación, y ayuda en el crecimiento personal de los niños de una forma divertida, fomentando la interacción con los padres y reforzando sus vínculos", añade. De hecho, todos los productos que comercializan en El faro de los tres mundos "requieren la interacción con los padres, al menos al principio". "No son juguetes para que los niños se entretengan solos. No apostamos por ese concepto", subraya el propietario del establecimiento.

Hola Caracola es otro negocio coruñés que promueve el juguete "didáctico, creativo y no comercial" concebido, además, como "un espacio donde los pequeños puedan divertirse". "Me gusta mucho viajar. Cuando tuve mi primer hijo me di cuenta que por el mundo había jugueterías diferentes y quise montar algo así aquí", comenta María Martínez, propietaria de este coqueto establecimiento situado en el número 23 de la calle Rianxo, tras la plaza de A Cubela. María asegura que cada vez son más los padres que optan por regalar juguetes diferentes a sus niños, y buena muestra de ellos es que estos días están teniendo ya muchas ventas, "casi como si fuera la víspera de Nochebuena", subraya.

Ambos reconocen que en este mercado también hay productos estrella. El arco iris realizado en madera de la empresa alemana Grimm's, inspirado en el método pedagógico Waldorf, que busca "potenciar el desarrollo emocional" de los más pequeños de la casa, es uno de ellos. "Se está vendiendo muchísimo, al igual que las marionetas o los bloques de madera para construcciones de la firma alemana Kapla, que son todo un clásico", explica Andrés Barro. El socio fundador de El faro de los tres mundos destaca, también, el tirón que están teniendo los juegos de cooperación, en los que "ningún jugador gana, sino que todos colaboran para lograr un mismo objetivo", y las multipremiadas muñecas Lottie, que se alejan de los estereotipos a los que nos tienen acostumbrados este tipo de juguetes. "Están diseñadas como una niña real, por eso no tienen curvas ni son sexys, como otras muñecas. No llevan maquillaje ni joyas o tacones. Representan, únicamente, a una chica normal", destaca.

Coincide con Barro la propietaria de Hola Caracola, quien además destaca el éxito de otros juguetes, como "el árbol musical inspirado también en Waldorf, los tableros magnéticos o un juego que permite cortar frutas unidas con velcro". "También están gustando mucho los ecobloques, que son piezas de madera obtenidas a partir de procesos de poda y cortadas con precisión para facilitar el apilado en diversos niveles. Tienen formas irregulares y conservan la corteza propia, así que es como si los niños tuviesen la naturaleza en sus manos", remarca María Martínez.

Aunque establecimientos como El faro de los tres mundos o Hola Caracola funcionan muy bien gracias al boca a boca, cuentan con el hándicap de que sus productos no se anuncian en la televisión ni están fabricados por las grandes multinacionales del sector, de ahí que hayan surgido iniciativas como las reuniones de TupperToys o TupperJuguetes. Ver, oír y, sobre todo, tocar es la esencia de estos encuentros, que Hola Caracola organiza por toda Galicia, en colaboración con Sonia Hermida, del blog O mundo ao revés, y cuyo objetivo principal es que los niños muestren sus preferencias jugando con elementos que, de manera convencional, solo conocerían por el envoltorio. "Las reuniones están orientadas a dar a conocer los juguetes a los padres y permitir que los niños puedan probarlos", explica María Martínez, quien asegura que la iniciativa está teniendo "bastante éxito", y prueba de ello es que ya han celebrado varios encuentros en ludotecas y escuelas infantiles de diversos puntos de la comunidad gallega.

La regla de los cuatro regalos

Ni ocho, ni diez, ni doce. A la hora de ayudar a los más pequeños de la casa a redactar la carta a Papá Noel o los Reyes Magos, conviene tener en cuenta la llamada regla de los cuatro regalos, para evitar que se empachen de juguetes. Es bien sencilla. Consiste en seleccionar sólo cuatro cosas, basándose siempre en estos cuatro principios: algo que sirva para llevar (ropa, zapatos, complementos...); algo que realmente deseen; algo que realmente necesiten; y algo para leer. Y es que los libros, insisten los expertos, no solo sirven para que los niños desarrollen su imaginación, sino que además fomentan en ellos el hábito de la lectura, contribuyen a que mejoren en distintas facetas lingüísticas y, sobre todo, les divierten.

"Las historias nunca pasan de moda y es responsabilidad de los adultos inculcar a los niños el interés en ellas", destaca el socio fundador de El faro de los tres mundos, Andrés Barro, quien además invita a aprovechar "el boom que vive la literatura infantil y juvenil en España, y muy especialmente en Galicia, de la mano de editoriales como Kalandraka u Oqo que hacen auténticas maravillas". Libros que, recalca, son "pequeñas joyas" y en los que la ilustración "tiene un peso fundamental".