La justicia francesa condenó ayer a la empresa de certificación alemana TÜV a indemnizar a más de 20.000 mujeres, de ellas unas 7.000 latinoamericanas -la mayoría colombianas y venezolanas-, a las que se implantaron glándulas mamarias del fabricante francés PIP que llevaban un gel fraudulento.

El Tribunal de Comercio de Tolón decidió la designación de peritos para fijar el perjuicio sufrido por las mujeres, que como mínimo recibirán 3.000 euros, explicó el abogado Laurent Gaudon, que representa al colectivo de afectadas. La sentencia señala que la empresa tenía que haber controlado el proceso de elaboración de las prótesis.