Aunque reciben en general la denominación de llamadas maliciosas, no siempre están motivadas por la intención de provocar un perjuicio. De hecho, en las diligencias abiertas por la Axencia Galega de Emerxencias durante el ejercicio anterior, el de 2015, que culminaron todas con un archivo del caso, según informan desde la Xunta, no existía ese afán.

El departamento de emergencias que depende de Vicepresidencia de la Xunta abrió a lo largo del año 2015 un total de 25 diligencias previas de procedimientos sancionadores por llamadas maliciosas al 112 que conllevaron movilización de medios de emergencias y seguridad, pero ninguna acabó en multa.

Desde el Ejecutivo autonómico explican que se archivaron "una vez comprobado" que las llamadas que provocaron la movilización innecesaria de recursos habían sido efectuadas "en unos casos de forma accidental, en otros por personas menores de edad, en otros por personas con algún tipo de trastorno psicológico y en algún caso concreto como consecuencia del mal funcionamiento de un sistema de llamada automática de emergencias situado en ascensores u otras instalaciones".