El omeprazol inhibe la secreción de ácido gástrico mediante bloqueo irreversible de la bomba de protones de la célula parietal gástrica. Su efectividad es por tanto muy prolongada y basta con tomar una cada 24 o incluso 48 horas. "Se utiliza en procesos en los que es útil inhibir dicha secreción como síndromes por aspiración, dispepsia, enfermedad por reflujo gastroesofágico, úlcera péptica y el síndrome de Zollinger-Elliso", explica la farmacéutica Alba Soutelo.

Este fármaco no es en ningún caso un protector frente a comidas copiosas o el consumo de alcohol. Su uso como protector deriva de su habitual acompañamiento a ciertos medicamentos, como algunos antibióticos. Estos inciden en la acidez del jugo gástrico y el omeprazol ayuda a equilibrarlo, pero no crea una película protectora como la voz popular cree. "La utilización de estos medicamentos sólo tiene sentido en casos de pacientes que estén a tratamiento con medicamentos que pueden lesionar la mucosa gástrica", recalca Soutelo.