Al hacernos mayores no solo aparecen canas y arrugas, sino que también nuestros órganos pierden vitalidad y se presentan problemas asociados a ello. La diabetes, la hipertensión o las "pérdidas de memoria" son ejemplos claros de esta situación vital a la que todos estamos destinados a llegar (afortunadamente). Resulta fundamental la prevención, pero tampoco podemos pensar que, una vez que aparecen, todo está perdido. Consulta a tu médico las posibilidades reales y sigue sus indicaciones.

El deterioro cognitivo leve se trataría de un proceso neurodegenerativo ligado al envejecimiento pero más acusado de lo que sería esperable en función de la edad del paciente. A pesar de que no se conoce un tratamiento o terapia concreta que resulte eficaz, de lo que sí se puede hablar es de la existencia de medidas que reduzcan al mínimo sus consecuencias y facilitar a quien lo sufre y a su entorno una situación lo más cómoda posible y que les garantice una cierta calidad de vida.

A nivel preventivo (y también para mejorar la patología cuando ya se ha presentado), existen algunos mecanismos que pueden minimizar el problema y compensar su aparición. Es fundamental llevar una vida saludable para envejecer de manera adecuada tanto física como mentalmente. Sería recomendable:

-Seguir una dieta mediterránea cuyos beneficios han sido demostrados de manera fehaciente. Sus efectos antioxidantes facilitan el funcionamiento correcto del cerebro. Es importante incluir en el menú diario frutas, verduras, aceite de oliva y pescados (ricos en omega 3 que favorecen el funcionamiento neuronal y reducen los riesgos cardiovasculares)

-Realizar los controles médicos habituales y adaptados a la edad y circunstancias personales del individuo. Debemos controlar los factores de riesgo, ya que el envejecimiento incrementa la prevalencia de hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, etc...

-Consumir únicamente los fármacos pautados por el médico. Debe estar controlado por los familiares si el paciente no está en condiciones de hacerlo. Es importante este aspecto porque suelen ser personas polimedicadas y cualquier alteración puede provocar serios problemas

-Eliminar comportamientos tóxicos y hábitos nocivos. El consumo de alcohol y tabaco está contraindicado absolutamente

-Realizar actividad física. Caminar al aire libre puede ser la mejor opción, pero no debemos descartar ninguna, ya que practicar un ejercicio físico adaptado a la edad del individuo y a sus posibilidades reales mejorará también el estado mental. Muchos especialistas señalan la importancia de realizar ejercicios de coordinación que favorecen la mejoría a nivel muscular y mental. Además, el tener una buena forma física evitará caídas y traumatismos asociados a la edad

-Estimular su socialización. Anímales a acudir a centros culturales, a viajar con gente de su edad, etc... Resulta imprescindible evitar su aislamiento. Mantener relaciones sociales saludables, leer el periódico, ver la televisión, mirar fotografías antiguas y comentar hechos del pasado, etc..., es fundamental para evitar el aislamiento y la soledad que generan depresiones y aparición progresiva de demencias

-Realizar 'gimnasia mental' tanto en su propia casa (lectura, crucigramas, sopas de letras, etc...) como en centros terapéuticos especializados donde los expertos realizan talleres profesionalizados en los que los mayores ejercitan su mente para evitar la pérdida de memoria. La realización de ejercicios de estimulación cognitiva ayudará a compensar la pérdida de memoria y facilitará la vida de los pacientes y sus familiares, ya que pueden resultar muy útiles para mantener el cerebro en funcionamiento

-Apoyar a los mayores desde la propia familia. El entorno es fundamental para mejorar su vida porque ellos se encuentran "perdidos". Debemos evitar los reproches innecesarios y darles confianza sin eliminar sus funciones (cocinar, hacer compras, etc...)

-Hablar mucho con ellos. No es excusa que vivas lejos o tengas mucho trabajo. El teléfono funciona a cualquier hora y es un sistema de comunicación perfecto

Aunque no existen fármacos que solucionen el problema totalmente, algunos se han demostrado eficaces para retrasar la progresión de los síntomas y proteger del envejecimiento cognitivo y vascular. Los empleados para el tratamiento de la enfermedad de alzhéimer no aportan beneficios significativos para el deterioro cognitivo leve. Algunos vasodilatadores han resultado eficaces pero en casos concretos y con efectos secundarios que deben ser tenidos en cuenta. El gingko biloba, los ácidos omega 3 o la fosfatidilserina parece que funcionarían como protectores de la degeneración neurológica y a nivel de las arterias cerebrales usándose de manera combinada. Cualquier tratamiento debe ser pautado por el médico, quedando totalmente excluida la automedicación.