Es indudable que la leche forma parte de nuestra alimentación. Es la base de la nutrición en las primeras etapas de nuestra vida y, aunque se reduce su consumo al hacernos mayores, sigue siendo un pilar fundamental de nuestra dieta. El amplio consumo que se hace de este producto ha favorecido la aparición de varias "modalidades" de leche de vaca (desnatada, semidesnatada, enriquecida, etc...) y la elaboración de variedades vegetales para los que sufren intolerancias o alergias (soja, arroz, avena, etc...). Consulta a tu médico y elige la que mejor te sienta.

Los expertos señalan que la leche es buena para la salud por diferentes motivos entre los que podríamos destacar que:

-es un alimento de origen animal que forma parte de la dieta humana desde el inicio de los tiempos

-es una fuente de nutrientes y energía en las distintas etapas de la vida (del nacimiento a la ancianidad)

-es un elemento básico de una dieta equilibrada porque contiene nutrientes esenciales para la salud (proteínas, vitaminas, minerales, etc...)

-aporta proteínas de alto valor biológico, imprescindibles para el normal desarrollo humano

-es la principal fuente dietética de calcio por su contenido y biodisponibilidad, pues contiene vitamina D y fósforo con los que actúa de manera sinérgica para favorecer su absorción

Pero no sienta bien a todo el mundo, ya que los especialistas en la materia han descubierto que algunos de sus componentes causan diferentes problemas a personas sensibles a ellos. Alérgicos, intolerantes, quienes están a dieta, diabéticos, etc... para evitarlos se han pasado al consumo de preparados vegetales elaborados a partir de diferentes elementos, normalmente vegetales, aunque también éstos plantean ventajas e inconvenientes que deben ser tenidos en cuenta a la hora de consumirlos.

De manera general, destacaría que estos productos no contienen lactosa ni colesterol, son bajos en grasa y aportan las insaturadas (más saludables que las saturadas), son fuente de vitaminas (especialmente del grupo B), participan en el mantenimiento del equilibrio entre sodio y potasio, etc...

Las opciones presentes en el mercado son muy numerosas y encontrarás un amplio abanico para elegir. Hemos seleccionado algunas que puedes encontrar fácilmente en cualquier punto de venta:

-Soja, ha sido la primera que apareció en el mercado con la suficiente fuerza para hacerle sombra a la tradicional de vaca. Contiene proteínas, vitaminas (especialmente del grupo B y la E), minerales (magnesio, hierro, calcio, etc.), isoflavonas, etc. Se están realizando estudios para determinar si tiene efectos negativos sobre el organismo y se ha comprobado que resulta difícil de digerir para quienes tienen problemas con las legumbres (lentejas, garbanzos, etc.). Elige la orgánica.

-Arroz, elaborada con granos molidos, cocidos y fermentados. Es hipoalergénica y sin gluten, lo que resulta muy interesante para los celíacos. Contiene vitaminas B 3 y B 6, potasio, magnesio, triptófano y ácidos grasos poliinsaturados. Muy adecuada si quieres relajarte pero tiene un alto índice glucémico, por lo que no estaría indicada para diabéticos

-Avena, rica en vitaminas (grupo B, D, E y K), minerales (magnesio, hierro, calcio, fósforo), ácidos grasos esenciales y antioxidantes, fibra, proteínas y betaglucanos. Es saciante, baja en calorías y relajante. Contiene gluten, por lo que no está indicada para celíacos. Resulta adecuada si quieres reducir o mantener tu peso

-Almendras, obtenida a partir de la harina de estos frutos que se mezcla con agua y, normalmente, sustancias endulzantes (para mejorar su sabor). Rica en fibra, proteínas (contiene L-arginina, un aminoácido esencial) y minerales (magnesio, hierro y calcio), resulta muy indicada para mantener los huesos sanos. Se recomienda en mujeres lactantes y menopáusicas, pero no deben consumirla los alérgicos a las almendras o los frutos secos

-Avellanas, rica en minerales (zinc, selenio, magnesio, cobre, fósforo), vitaminas del grupo B y E, fibra, ácido fólico, etc... Por su bajo contenido en sodio se recomienda a quienes deben controlar su ingesta y a embarazadas, ancianos y niños, pero no se puede abusar de su consumo

-Quinoa, rica en proteínas, fibra, vitaminas (A y E), minerales (litio, calcio, hierro, fósforo, etc...). Muy nutritiva, perfecta para celíacos y para quienes desean una dieta baja en grasa. El mayor problema es el precio porque resulta cara.

Las opciones son muy numerosas y tienes la posibilidad de elegir la que mejor se adapta a ti. Incluso se recomienda variar el consumo y no centrarse solo en una de ellas, ya que cada una aporta nutrientes diferentes e interesantes para la salud. Pruébalas y decide la que prefieres tanto para el consumo directo como para elaborar platos cocinados dulces y salados.