La crisis demográfica no solo pasa factura a las aulas de Infantil, sino que sus ecos llegan hasta la universidad. Pese a que el porcentaje de población con educación superior es mayor cada año que pasa en la comunidad -según el INE, el 26,8% de los gallegos mayores de 16 años ha alcanzado ese nivel de formación-, cada otoño llegan menos jóvenes a las aulas de las facultades. La cifra de alumnos matriculados en algún grado o en las titulaciones de primer y segundo ciclo que todavía se imparten en los campus gallegos cayó en picado casi de forma constante en la última década, hasta un 28%, pero si lo que se analizan son los últimos veinte años entonces la sangría que azota a las universidades gallegas es todavía peor, de hasta el 40%. Así, las últimas cifras, provisionales, publicadas por las propias instituciones sitúan los inscritos en menos de 54.000 alumnos, cuando rozaban los 75.000 en el curso 2005-2006.

Pero si esas son las cifras del presente, tampoco se atisba que sean mucho mejores en el futuro. Al menos así lo considera la Consellería de Educación, que se remite a las proyecciones de población a corto plazo del Instituto Galego de Estatística de cara al año 2023 para estimar que a la altura de 2020, que es el año hasta el que se remonta el nuevo mapa de titulaciones que Xunta y universidades pondrán sobre la mesa en los próximos meses, Galicia contará con unos 6.400 jóvenes menos en edad teórica de acudir a la universidad.

En concreto, el grupo de edades comprendidas entre los 20 y los 24 años, potenciales candidatos a estudiar -aunque no necesariamente tengan que hacerlo- en alguna de las tres instituciones de enseñanza superior de la comunidad sería de 111.317 este año, pero en cambio bajaría hasta los 104.882 en 2020. En todo caso, esas cifras, que aparecen recogidas en el Plan Galego de Financiamento Universitario 2016-2020, no constituyen el único argumento del que tanto la Consellería como las universidades han dejado constancia por escrito el pasado lunes, cuando rubricaron el acuerdo de principios rectores para abordar la reforma.

Haz click para ampliar el gráfico

En ese documento, se alude al "previsible descenso demográfico" como una causa para apostar por el "mantenimiento del tamaño" del sistema universitario de Galicia, pero también se apunta "la existencia de titulaciones sin demanda, sin salidas laborales o no adecuadas a las demandas del tejido productivo actual". Asimismo, el otro gran argumento para no dejar a las universidades crear títulos a diestro y siniestro sin suprimir grados o trasvasar plazas de otros estudios para no incrementar el montante global, es la financiación. El texto señala que precisamente el Plan Galego de Financiamento Universitario, donde se recurre a los datos del IGE, establece un marco de financiación estructural basado "fundamentalmente en el número de títulos y materias, que conduce a un porcentaje bastante estable de financiación por universidad". Es decir, no habrá muchos más fondos.

En todo caso, que el IGE estime que la población de entre 20 y 24 años sufra un retroceso de cara a 2020 en 6.400 jóvenes no implica que todos estuvieran destinados a estudiar una carrera en la facultad. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación, relativos al curso 2014-2015, la tasa de escolarización en educación universitaria a los 20 años en Galicia es del 31,7%. Esa estadística revela además que se produjo un aumento de 2,7 puntos entre ese porcentaje y el registrado en el curso 2008-2009. En el conjunto del Estado el incremento registrado en ese período fue mayor, de 7,2 puntos.