El arquitecto portugués Álvaro Siza, ganador del premio Pritzker -considerado el Nobel de Arquitectura- en 1992, ingresó ayer en la Real Academia Galega de Belas Artes como académico de honor durante un acto que se celebró en el Museo de Bellas Artes de A Coruña. Siza (Matosinhos, 1933) -que pronunció un discurso de ingreso basado en su proyecto para el pabellón del Instituto Berggruen de Los Ángeles (EEUU), Inicio de un proyecto, los instrumentos de trabajo de un arquitecto- también tuvo palabras de agradecimiento para las obras que realizó en Galicia en la década de los 90 como el Centro Galego de Arte Contemporánea o más tarde la facultad de Ciencias de la Comunicación. "En Santiago recibí mi primera invitación para un programa diferente. El desarrollo del museo me liberó de una supuesta condición de especialista en participación social", señaló el arquitecto luso.

Durante su exposición, el premio Pritzker empleó dibujos de su proceso creativo y maquetas de la obra y agradeció a la institución gallega este reconocimiento. Siza recordó sus inicios en el mundo de la arquitectura, cuando se dedicaba a proyectar pequeñas viviendas en la periferia de villas portuguesas, hasta que en 1974 tuvo la oportunidad de proyectar viviendas sociales con la ayuda de la participación vecinal en el centro de Oporto, en el marco del programa Sociedades de Apoio Descentralizado Local. "Estas intervenciones, pese a que con poco éxito, lograron despertar la atención por mi trabajo y el de otros arquitectos de la época fuera de Portugal", reconoció el arquitecto, ayer, en A Coruña.

Desde entonces y hasta los años 80 trabajó en diferentes ciudades europeas como Berín, La Haya o Palermo, siempre en proyectos relacionados con la vivienda social, un tipo de inmueble que aunque reconoce que sigue interesándole, en aquel momento limitó su aprendizaje. Por ello, Siza resaltó la importancia de los proyectos que le encargaron en los 90 en Galicia y que dieron un giro a su carrera.

Siza, que recordó el Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC) y la Facultad de Periodismo, ambos en Santiago, destacó precisamente que fue la obra del museo gallego la que lo apartó de sus trabajos anteriores centrados en vivienda social en numerosas ciudades europeas. "En Santiago recibí la primera invitación para un programa diferente", aseguró. Años más tarde, tras la construcción del museo, regresaría a la capital gallega para diseñar la actual Facultad de Ciencias de Comunicación de la Universidade de Santiago.

El académico de la sección de arquitectura, Xosé Manuel Casabella López, fue el encargado de darle la contestación al arquitecto portugués. "Álvaro Siza, arquitecto comprometido culturalmente con su tiempo, hombre sobrio, humilde y genial y, para muchos de nosotros, uno de los más interesantes creadores en el panorama actual de la arquitectura moderna. La vigencia de sus soluciones, el cuidado de los detalles de sus obras que, aunque parezca paradójico, están hechos para no ser vistos y su genialidad a la hora de idear volúmenes sencillos y singulares es algo que ha sido ampliamente reconocido por la crítica arquitectónica", destacó el académico gallego. En su intervención también destacó la capacidad de Siza para combinar "expresividad y conciencia social". "Sus edificios quieren ser tranquilos y no solo generar lugares de reposo, sino ofrecer abrigo y ser un lugar de convivencia", abundó. Con un salón de actos que se quedó pequeño ante el público asistente, Siza es ya desde ayer académico de la entidad.