Centenares de empresas británicas han retirado sus anuncios de Google y YouTube para evitar que sus marcas aparezcan junto a mensajes extremistas, homófobos o racistas. Informaciones de los diarios británicos The Guardian y The Times, fruto de una investigación conjunta, constataron que la publicidad que estas compañías pagaban al gigante tecnológico aparecía insertada en vídeos terroristas, de radicales del Ku Klux Klan o del Estado Islámico.

Como consecuencia de estas revelaciones periodísticas, Havas Group UK, la división británica de la agencia de publicidad francesa, ha retirado los anuncios de sus clientes británicos de Google y YouTube. El motivo es que no ha logrado llegar a un acuerdo con la empresa de servicios de internet para que sus anuncios sean correctamente clasificados y no puedan vincularse a contenidos tan dañinos.

Havas no es precisamente una agencia de segunda. Cuenta con marcas muy conocidas en Reino Unido entre sus clientes, como O2, Royal Mail, BBC, Domino's, Emirates o Hyundai, entre otros, que son los que desaparecerán próximamente tanto de Google como de YouTube. La última empresa en unirse a este boicot a Google ha sido la cadena de grandes almacenes Marks & Spencer.

Este rechazo desatado en el Reino Unido es, sin embargo, un problema global para la compañía del buscador y ataca directamente a la línea de financiación de Google, al haber incumplido supuestamente las normas de publicidad. Matt Brittin, CEO de Google, ha pedido disculpas a la industria publicitaria. Pero de poco han servido.

Según Paul Frampton, director de Havas Group en el Reino Unido, el acuerdo se han roto "porque Google no garantiza que los anuncios se clasifiquen y se presenten con la suficiente rapidez y con todos los filtros adecuados", recoge Reasonwhy.es. "Tenemos el deber de garantizar a nuestros clientes la ubicación de sus anuncios en el contexto adecuado y bajo la normativa en vigor para conseguir los objetivos marcados", añade el directivo de la agencia Havas. El Gobierno británico también se quejó a Google de situar anuncios gubernamentales junto a otros extremistas.